Mega incendio en el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, en la zona limítrofe de Coahuila y Nuevo León…
RAÚL A. RUBIO CANO
Marzo 18 de 2021
La gente de la Sierra de Santiago, Nuevo León, se pregunta: ¿Por qué llevamos tres años con incendios forestales, antes de Semana Santa? ¿incendios que vienen del mismo lado, desde los límites de Coahuila, en la Sierra de Arteaga? ¿Qué relación tienen estos incendios con el mejor momento para el desarrollo de nuestras actividades turísticas en la Semana Santa, como ha sido tradición y donde económicamente para nuestras familias, es de gran apoyo? ¿Por qué ahora nos sale Agua y Drenaje de Monterrey, que nuestra agua está contaminada y de que hay que traerla desde la parte alta de la Sierra y a larga distancia? ¿un análisis del vital líquido y de un proyecto que costaría millones de pesos y de los cuales nos hablan de ello, pero no conocemos nada? En fin, la gente se pregunta tantas cosas y todo apunta a un solo lugar: destruir esas poblaciones serranas. Arrasar la zona que ha sido el hábitat de ellas, “la alacena y caja de herramientas” y así obligarlas a migrar para que unos cuantos gandules del desarrollo inmobiliario sofisticado, disque ecológico, se queden con esas paradisiacas tierras, y poder establecer fraccionamientos de montaña de lujo, como se vienen construyendo en Los Lirios, Coahuila y la misma sierra de Arteaga. En esos tres años mencionados, ha sido una fogata de supuestos “irresponsables” y donde la dirección del viento ha arrastrado las llamas desde los límites de Coahuila a los límites de Nuevo León e impactado a un bosque muy seco por las recientes heladas en momentos donde sobre el noreste mexicano, viene siendo sometido a los influjos de temperaturas del fenómeno de La Niña desde el océano Pacífico, por un lado y por el otro, a los cambios recientes del océano Atlántico que generan un bloque climático a la altura de la frontera de México contra la humedad de las nevadas procedentes del Polo Norte. Ello ha generado crudas heladas, no nevadas, en el noreste mexicano y del lado de Texas, un vórtice Polar impresionante que se desarrolló hace semanas, con severos impactos conocidos en la zona texana, pero en México, conformó una realidad que “tuesta” las hojas de pinos y arbustos en los bosques del noreste del país y puso a “punto de turrón” el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, para que con acciones de provocación incendiaria, surjan ese tipo de incendios “de copa”, y con ello, se generen contundentes acciones de movilización de los habitantes originarios de esas tierras paradisiacas, facilitándose así, el saqueo por Zares inmobiliarios, de tales bosques. Suena esto a un cuento de ciencia ficción, o a un relato conspiracionista, pero tiene mucho de realidad. Ya en 1996 siendo gobernador interino del estado de Nuevo León, Benjamín Clariond Reyes y su hermana Ninfa, buscaron “legalmente” apropiarse de toda la Ciénega de González (panteón, escuelas, casas habitación, parcelas, bosques, agua, etc.) y gracias a una férrea lucha de sus pobladores y medios de comunicación se logró evitar. Hoy parece que los métodos son otros, para sacar a la gente desde la Laguna de Sánchez, hasta la Ciénega de González. En tres años lo han intentado y la gente resiste. Inclusive, el mentado Reglamento para supuestos cuidados del Parque Nacional Cumbres de Monterrey (Parque bajo los cuidados de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas a nivel federal y estatalmente, del cuestionado político de Fernando Elizondo) para nada contempla el qué hacer con este tipo de catástrofes incendiarias y, todo ello explica en mucho por qué al Equipo Nuevo León, sus abogados y demás técnicos que ayer acompañaban a Clara Luz Flores, la candidata de Juntos Haremos Historia, para solidarizarse con los pobladores afectados por dicho incendio (uno de los más grandes que se tenga referencia), se les impidió pasar a la Ciénega y demás poblaciones, porque la gente de la Ciénega le iba a platicar de las maléficas coincidencias de esos tres incendios y sus repercusiones que han padecido. Definitivamente, también todo indica que por la resequedad de los bosques que azotan actualmente los vientos desde el Golfo de México (Atlántico), las dimensiones de ese incendio se les fue de las manos a quien lo haya provocado o desatendió (una desatención del gobierno Bronco, que va encontrándose su razón de ser, para favorecer el gusto de saqueadores que quieren esas tierras a base de fuego y diciéndoles a pobladores que su agua está contaminada) y, esa magnitud de miles de hectáreas siniestradas, han impactado de humo y cenizas no sólo el área metropolitana de Monterrey, sino la parte sur de Texas. Urge que se establezca acciones de mitigación, millones de seres humanos están sometidos desde hace días a una contaminación atmosférica que se ha incrementado en más de un 100 por ciento a las normas permitidas; la temperatura bajará, porque los rayos solares rebotarán sobre las partículas de CO2 en la atmósfera y las consecuencias de la falta de Oxígeno se están dando en impactar la salud respiratoria y circulatoria de la población metropolitana de Monterrey y hasta el Valle de Texas. De todo ello, poco o nada han hablado funcionarios del mal gobierno estatal que tenemos y el mentado Observatorio del Aire que dirige Alfonso Martínez, sigue manifestando su ignorancia en el tema de la contaminación del aire. Urge, insistimos, acciones de mitigación ante el pésimo aire que estamos respirando, la ceniza invade el área metropolitana severamente, está al interior de nuestras casas y obviamente, en nuestros pulmones ¡Órale! raurubio@gmail.com