Coahuila

Eduardo Olmos Castro, Cínico Cruel.


En 2010, más de 400 ejecutados en Torreón, y dice que, “Lo que queremos es mantener la seguridad de los ciudadanos”

 

* La ciudad registró el año pasado; decapitados, baleados, homicidios de niños, secuestrados, extorsiones por cientos

Juan Monrreal López
12 de enero del 2010

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Torreón, Coahuila.- Como si Torreón, fuera la ciudad más segura de la República, el alcalde Eduardo Olmos Castro, con su acostumbrado “vale madrismo” dijo hoy que lo único que puede hacer respecto a la seguridad pública, es preocuparse por que las distintas policías y el Ejército mantengan estrecha coordinación, asumiendo en los hechos, la carencia de una estrategia de seguridad municipal que dejó más de 400 ejecutados en la ciudad, convirtiendo a la llamada “Perla de La Laguna”, en la urbe más violente e insegura de Coahuila y una de las más peligrosas de México.

Con un año de escándalo al frente del municipio, – peor que el mal recordado y defenestrado ex alcalde, Mariano López Mercado-, Olmos Castro, participó del otorgamiento de obras públicas, concesiones, ilegal manejo de fondos públicos, cometidos por la Síndica Lucrecia Martínez Damm, regidores y funcionarios priistas, sin que las denuncias realizadas por la oposición y consignadas en los pocos medios laguneros que no se encuentran enganchados a la nómina de propaganda municipal, -concebida como complicidad para encubrir por muchos medios-, afectara su permanencia al frente de la alcaldía.

Día tras día del año 2010, Olmos Castro, mantuvo una actitud socarrona ante los cadáveres que aparecieron en cada uno de los sectores habitacionales de la ciudad.

Los sicarios, lo mismo balearon camiones urbanos en Mieleras, que ejecutaron personas en el Sector Alianza a plena luz del día.

También colgaron cuerpos sacrificados del puente Solidaridad, arrojaron cadáveres al pie del Cerro de la Cruz, en pleno centro de la ciudad.

Los matones sacrificaron a rivales de otras bandas de la delincuencia organizada, pero también inmolaron a mansalva a decenas de personas en el Bar Ferri, en el Bar Juanas, así como en la Quinta Italia Inn, sin que el apodado por dirigentes de colonias del PRI, como “cabeza de melón”, siquiera pronunciara alguna demostración de solidaridad con los deudos de esas masacres, como tampoco ayuda alguna.

Luego, el propio Olmos Castro, mencionó que Olga Márquez, estaba encargada de apoyar a los deudos de las víctimas de estas masacres, sin embargo, ello, la citada funcionaria nunca atendió a familiar alguno de los asesinados en las masacres, escondiéndose o declarando a los “periodistas amigos” que los “recursos nunca los envió el gobierno del estado”.

El año 2010 dejó tras de sí, más de 400 víctimas por las actividades de la delincuencia organizada. Habrá que recordar que Eduardo Olmos Castro, en la campaña electoral para ganar la presidencia no se cansó de declarar que él sí metería orden en el municipio.

Un año de gobierno y los saldos de ejecutados sólo han confirmado su incapacidad para gobernar, hecho que sólo ratifica su trayectoria depredadora en las distintas oficinas públicas que ha ocupado.

Con un gasto de 5 millones de pesos mensuales durante el 2010, derrochados “en los medios amigos” con el fin de que escriban, hablen y proyecten un gobierno y una ciudad ideal que no existen; los más de 400 asesinatos, el cierre de comercios, de centros de diversión, los cientos de extorsiones que pagan comerciantes e industriales, las calles vacías; son los argumentos duros que desmienten la tarea propagandística de los medios que actúan como cómplices de la administración de Olmos Castro.

En la rueda de prensa, Olmos Castro reiteró, que el director de Seguridad, Bibiano Villa Castillo, mantiene contacto permanente con “el Ejército, la policía Federal y la Fiscalía (del estado de Coahuila)”, como estrategia de seguridad Pública en un municipio convertido en el más violento e inseguro de Coahuila.

Mientras tanto, Luis Rayas, jefe de comunicación Social, un empresario quebrado, convertido en funcionario próspero, sigue manipulando 5 millones de pesos en propaganda sin rendir cuentas a nadie, mientras su negocio se hincha con servicios que presta al propio municipio.

El ciclo de asesinatos hasta el día de hoy, señala que los torreonenses esperan otro año aciago, mientras tanto Eduardo Olmos, sigue sonriendo ante las cámaras, como si las calles de la ciudad no estuvieran manchadas de sangre.

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