Enrique Peña Nieto, perdón de telenovela
Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Julio 19 de 2016
Ante un país en tensión, con una sociedad crispada por los graves y constantes agravios Enrique Peña Nieto pide perdón, con humildad, dijo, porque dañó la confianza en el gobierno y la investidura presidencia (aplausos).
¡Qué cara tan dura! Perdón cuando ha protegido y arropado a los corruptos y los conflictos de interés en su propia familia, perdón cuando se ha negado a instaurar una nueva estrategia de seguridad pública, cuando se tienen 23,526 ejecutados en este sexenio y ha dado la espalda al horror que se vive en Tamaulipas, Guerrero, Michoacán y en Coahuila cimbrada por las sospechas y acusaciones contra el Ejecutivo estatal y su familia, perdón por proteger incondicionalmente a Humberto Moreira.
Perdón ante el dolor por los desaparecidos a los que lloran día y noche sus padres, sus hijos, sus hermanos sin encontrar justicia, perdón por los periodistas perseguidos, demandados, intimidados, perdón por el magisterio hostigado, acosado, abandonado a su suerte, timado en su sistema pensionario y con un servicio médico destruido, todo esto lo sabe Peña Nieto, cómo perdonar tanto estropicio.
Perdón a Peña Nieto por los recortes del presupuesto a la salud y a la educación, pero a él la austeridad no lo toca y vive en la opulencia; perdón por los bajos salarios, por la desigualdad y por maquillar a través del Inegi las cifras de la pobreza.
Qué conmovedor, también José López Portillo pidió perdón a los pobres y hasta lloró en su último informe y dijo: defenderé el peso como un perro, pero dejó un país en ruinas ahogado por la inflación y la deuda externa.
Parece que algo ha aprendido Peña Nieto de su esposa, la actriz Angélica Rivera, porque aún no acepta que en los incidentes de la Casa Blanca haya existido algún hecho ilegal. El acto de humildad y solicitud de perdón parece tener en perspectiva el 2018.
Probablemente no haya nada que esperar del montaje telenovelesco del lunes pasado y el mea culpa de Enrique Peña Nieto, por más que la sociedad mexicana presione para que se llame a cuentas a los gobernadores corruptos, al de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua, al menos antes de que entreguen la estafeta.
Es probable que el Moreirato pueda también salir indemne del este periplo que para los coahuilenses parece infinito, el blindaje al ilustre profesor Moreira debe terminar y correr el velo de la corrupción que encubre todos los hechos en cuestión, como lo están exigiendo los senadores de oposición al tricolor y que se investigue a los autores y cómplices de la mega deuda de la que se han pagado 19 mil millones de pesos y que aún se deben 37 mil millones. Perdón sólo cuando se sepa la verdad y haya justicia.