Lengua viperina…
RAÚL A. RUBIO CANO
Mato 12 de 2016
Ayer, en restaurante del Barrio Antiguo por la calle Morelos, casi llegando a la calle Naranjo, se reunió en su tradicional junta semanal la Academia de la Lengua Viperina, una bola de “viejos víboras” que por sus temas, contenido y organización de ese evento semanal, expresan la más amplia juventud en sus comentarios de incisiva crítica a la realidad imperante de la entidad, el país y del mundo. El caso es insólito, porque hoy, las nuevas modalidades de pensamiento que nos ha traído el neoliberalismo económico y político, es que no se vale ya opinar de nada, que en todo caso hay que hacer “innovaciones”; es decir, se debe de acabar con procesos de crítica de la realidad imperante y aceptar a quien proponga algo supuestamente “innovador” (vaya usted a saber bajo qué criterios es innovador y a qué precio de afectación a hombres y naturaleza), porque para nada hay que hablar o cuestionar nada, según esta postura dictatorial y bueno, eso nos demuestra que la dictadura del gran capital especulativo a semejanza del fascismo de los años 30 y 40 del siglo pasado, ha asentado sus reales ideológicamente y busca convertirnos en simples “levantadedos” o “borregos” de lo que unos cuantos plantean o quieren imponen. El ejemplo más claro de ello, fue el debate de hace unas semanas en la facultad de arquitectura de la UANL, cuando el arquitecto César Esparza, principal promotor del proyecto para construir un estadio sobre el río Santa Catarina, entre Parque Fundidora y Parque España, al explicarlo buscó acallar la opinión de los participantes al decir que lo importante es hacer innovaciones y no andar opinando. Y bueno, en este mundo donde la razón ya no importa sino que tú te sientas a gusto en hacer lo que hagas, es lo que va demostrando en todos lados, la poca importancia que tiene sentarse a hablar del mundo que nos rodea, preguntarnos ¿Qué hacemos? ¿Quiénes somos? y sobre todo, organizarnos para ver ¿Qué podemos hacer para mejorar la realidad donde vivimos? Y eso, es lo contrario a una cultura que se ha venido sembrando desde la Reforma Educativa de 1972-1973 donde se buscó minimizar las funciones del hemisferio izquierdo y favorecer las del derecho; se fue disminuyendo severamente el cálculo, la lógica, la historia, la geografía, disminuyendo así fuertemente la racionalidad sobre el existir humano y favoreciendo las actividades del hemisferio derecho, para apoyar más las actividades mágico-religiosas, generando en sí, interpretaciones superficiales del existir humano y bestiales conductas. Hoy, propuestas del regreso a la filosofía en las 5 mil escuelas del Estado por la acción de la Secretaría de Educación, a cargo de la doctora Esthela Gutiérrez, es un gran paso en la modernización educativa del Nuevo León y sitios, como los desayunos de las Víboras, son un oasis al pensamiento histórico-racional ¡Órale! raurubio@gmail.com