Ni apáticos ni indiferentes
Estudiantes de instituciones de educación superior públicas y privadas salieron a protestar por la democratización de los medios de comunicación y la cobertura de éstos en la campaña electoral, así como reivindicar distintas demandas sociales
Enrique Huerta / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo., a 28 de mayo de 2012
Con los jóvenes y las redes sociales como protagonistas, la campaña presidencial tuvo su primer punto de quiebre días atrás. Las calles de México fueron escenario de una nueva marcha cuyas consignas apuntaron principalmente a la falta de objetividad de algunos medios de comunicación, y el repudio a la reacción del PRI y del Partido Verde Ecologista tras haber descalificado los reclamos estudiantiles en la Universidad Iberoamericana.
Las calles de la Ciudad de México se vieron ocupadas por más de diez mil estudiantes de diversas universidades, públicas y privadas, reunidos frente al monumento de la Estela de Luz – que costó más de mil millones de pesos al erario público –, quienes dejaron un pliego petitorio para exigir la democratización de los medios de comunicación, la defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información; así como para mostrar su repudio a figuras enquistadas en el ámbito político, como Elba Esther Gordillo, dirigente del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, o en contra del candidato priísta a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, cuyo entorno tomó el camino de la descalificación ante las muestras de rechazo. Según el Instituto Federal Electoral, los jóvenes representan nada menos que más de 14 millones de votos en estas elecciones, de un total de 79.4 millones de votantes.
Los participantes pertenecientes a la UNAM, IPN, Universidad Iberoamericana, UAM, Tecnológico de Monterrey, Universidad Anáhuac, Claustro de Sor Juana, Universidad Autónoma del Estado de México, de la escuela de periodismo Carlos Septién, entre otras instituciones, pidieron entre mantas y consignas una cobertura objetiva de los medios de comunicación, y apuntaron los dardos a las dos televisoras más grande de México, Televisa y a TV Azteca. También demandaron que el acceso a internet sea un derecho incluido en el artículo 1 de la Constitución y que sea efectivo.
“¡Gracias Ibero por correr a ese culero!”, “¡Elba Esther, Elba Esther, tú también vas a caer!”, “La elección 2012 no es una producción de Televisa”, “Queremos escuelas, no una pinche Suavicrema (en referencia a la Estela de Luz)”, “La verdad nos hará libres”, “Las encuestas mienten, la presencia no”, “La información en manos de las masas”, “¡Basta de manipular!”, fueron sólo algunas expresiones de lo jóvenes del ya denominado Yo soy # 132.
¿Pero qué fue lo que desencadenó estas inéditas reacciones? Todo arranca con la visita que hiciera el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana, donde fue reprobado por gran parte de los estudiantes, sobre todo ante su postura sobre las protestas en el poblado de San Salvador Atenco, en 2006, cuando una represión del gobierno de estado de México, que encabezaba por esos días el ahora aspirante presidencial, y que dejó un saldo de más de 250 detenidos, dos muertos y varios heridos.
“Asesino”, y “Fuera”, fueron los calificativos más suaves que dirigieron al candidato obligándolo ingresar a un baño para no poner en riesgo su integridad física ante el calor de la protesta que lo rodeó en pocos minutos.
Tras estos hechos, el líder nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, señaló primero con cautela: “un puñado de jóvenes que no son representativos de la comunidad de la Ibero que asumió una actitud de intolerancia respecto a los planteamientos que hacía nuestro candidato”, y consideró que cometieron “faltas de urbanidad y de respeto”.
Apuntó a que había un “envenenamiento” en la actitud de los jóvenes. “A mí me apenó ver a algunos estudiantes que tuvieron la oportunidad de hacerle preguntas al puntero en la carrera presidencial y las desperdiciaron totalmente… si bien se vale manifestar sus tendencias políticas hay un marco de ideas que caracteriza el prestigio universitario”, comentó Joaquín Coldwell, en entrevista con Radio Ibero, la emisora de la universidad privada.
Acaso lo que más encendió la mecha, fueron los vocablos utilizados por Arturo Escobar, del Partido Verde, quien calificó a los jóvenes de la Ibero como: “porros” y “acarreados”.
Días después apareció en YouTube el video “131 Estudiantes de la Ibero”, en el que con nombres y números de matrícula, le dicen a los dirigentes que no son ni porros ni acarreados. Hasta el cierre de edición el video (aún con una rudimentaria edición) suma más de un millón de vistas.
En las imágenes aparece un letrero con fondo blanco y letras rojas que dice:“Los estudiantes respondemos”, y luego varios jóvenes leen un comunicado dirigido al líder nacional priísta, Pedro Joaquín Coldwell, al también tricolor Emilio Gamboa, así como para Arturo Escobar y los medios de comunicación que los ligaron con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que promueve a Andrés Manuel LópezObrador, aspirante presidencial de las izquierdas.
Las grabaciones las hicieron los jóvenes con identificación en mano y con las mismas cámaras de sus computadoras.
No todo quedó ahí. En las redes sociales el tema se amplificó aún más. El hastag “@marchayosoy132” comenzó a circular, lo que devino en la marcha que se comenzó a gestar gracias a las posibilidades que ofrecen las redes sociales, que ya han cumplido un preponderante rol en la caídas de regímenes autoritarios como en Túnez y en Egipto, en la llamada Primavera Árabe.
El peregrinar de los 132
La cita fue acordada a las 17 horas en la Estela de Luz, donde cerca de 3 mil jóvenes se movilizaron hacia el Ángel de la Independencia y de ahí partieron a Televisa Chapultepec, a los que se fueron sumando cada vez más jóvenes hasta juntarse más de diez mil.
Al arribar la televisora más grande de México, exigieron un manejo equitativo de los medios de comunicación en la cobertura del proceso electoral rumbo a los comicios presidenciales del próximo 1 de julio y la transmisión en cadena nacional del segundo debate presidencial, que se llevará a cabo el próximo 10 de junio.
Se quedó un grupo a las afueras de las instalaciones de esa televisora a esperar la llegada de Peña Nieto, para grabar el programa de opinión nocturno, Tercer Grado. Otro contingente arribó al Zócalo capitalino, donde entonaron el Himno Nacional.
Evidentemente no sólo fueron los estudiantes los únicos que salieron a las calles a expresar su inconformidad, sino que también aglutinó a activistas sociales y a intelectuales. Entre los asistentes a la manifestación estuvo el historiador Adolfo Gilly, así como el escritor Paco Ignacio Taibo II, a quien incluso los estudiantes cedieron la palabra para que diera un breve mensaje en el que aseguró que estas manifestaciones demuestran que los jóvenes no están condenados a la apatía y a la indiferencia.
También estuvo el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia, para mostrar su apoyo y solidaridad a los jóvenes, quienes respondieron con aplausos, le pidieron fotos y agradecieron su presencia.
“Yo quisiera ver a mi hijo aquí. No lo puedo ver, pero lo veo en los miles de muchachos que están acá”, dijo el poeta convertido en activista.
Sin partido, pero representando el descontento. Los manifestantes aseguraron que el movimiento se mantendrá apartidista y sin liderazgos, que sólo son la muestra de que miles de jóvenes en el país están insatisfechos con la situación económica y política en México, por lo que convocaron a la organización de todas las universidades, tanto nacionales como estatales.
La mayoría de los participantes calificaron este movimiento como “espontáneo”, aunque aseguraron que continuará. En la página web del movimiento, se anuncia que habrá un “apagón de tv” a nivel nacional, que se realizará el 30 de mayo, de las 19 a las 21 horas, además, movilizaciones en otras ciudades del país.
No sólo en la Ciudad de México salieron los estudiantes y jóvenes a mostrar su descontento. También hubo protestas en Guadalajara, Querétaro, Oaxaca,Tijuana y otros lugares del país.
Una muestra más de que los jóvenes no son el futuro del país, sino el presente y que nadie ha atendido sus demandas, ni siquiera los aspirantes a la Presidencia de la República.