Movimientos estudiantiles de los años sesenta. Sindicato y autonomía de la UANL…
RAÚL A. RUBIO CANO
Mayo 17 de 2016
Paso serio y trascendente el dado ayer por el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León (STUANL) y las autoridades de la UANL, al presentar el libro de Carlos Ruiz Cabrera: “Los movimientos universitarios de Nuevo León en los años sesenta”, una obra editada por el STUANL y que ayer por la tarde fue expuesto su contenido en el Centro cultural universitario Colegio Civil. El texto en sí, se desarrolla bajo el surgimiento de seis movimientos estudiantiles durante esa década de grandes cambios internacionales y nacionales en el siglo pasado, empezando con el “Sabinazo” en 1963 y concluyendo con el Proyecto de una nueva Ley Orgánica que fue presentada para su aprobación al Congreso del Estado de Nuevo León, como consecuencia de la lucha arrancada en 1969 por la autonomía de la entonces UNL. Todos estos movimientos en la localidad, estuvieron compuestos fundamentalmente por estudiantes de nuestra máxima casa de estudios, por sus trabajadores, maestros y autoridades progresistas y donde, las instancias orgánicas de Consejo Estudiantil, Sindicato y Asamblea, fueron los medios para lograr conformar un vigoroso sindicato, hoy ejemplo nacional, y una autonomía universitaria que es un baluarte para enfrentar los avatares de nuestra sociedad contemporánea. Señalaría Carlos Ruiz Cabrera, que a pesar de la oposición de las entonces autoridades universitarias contra las que se luchó, de la represión del Estado y de la campaña anticomunista de la época, los movimientos estudiantiles sacaron adelante sus objetivos por la capacidad propositiva, crítica y autocrítica de sus integrantes y por los principios de solidaridad y niveles organizativos, toda una década de grandes luchas de esos estudiantes de clase media y que sus enseñanzas hoy son vitales para enfrentarse a las políticas económicas y demás rapacidades y destrucción del Neoliberalismo. Por su parte, el rector de la UANL, Rogelio Garza Rivera, fue contundente, al reconocer que la obra de Ruiz Cabrera, lleva a una reflexión de lo que tenemos que valorar como universitarios de la UANL, lo que tenemos que cuidar y lo que hemos logrado con todas estas luchas, porque mirar al pasado nos fortalece, porque la UANL es una institución que: “educa para transformar y se transforma para educar” Así, la plana mayor de esos movimientos, buena parte de ellos allí estuvieron, atentos a esa presentación y, reconociendo los mismos –a pesar de su avanzada edad- que nuevos combates les espera para seguir defendiendo la UANL e impulsando su permanente crecimiento ante las difíciles condiciones por las que atraviesa el país y el mundo, demostrándose en tal evento, que la memoria de esa universidad crítica y propositiva de los años sesenta no ha muerto, al contrario, hoy se va armando cual piezas de rompecabezas, a pesar del olvido que pretenden fuerzas oscuras e imperiales para someter el Ser Universitario ¡Órale! raurubio@gmail.com