Notas ImportantesNuevo León

Dos millones de automotores mandan sus naopartículas de hierro a 4 millones de habitantes en esta contaminada metrópoli regia…

 

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RAÚL A. RUBIO CANO

Septiembre 8 de 2016

 

En 1985, trabajando para el Centro de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la UANL, realizamos un trabajo de investigación bibliográfica para conocer la relación entre problemas de lectoescritura y contaminación por plomo en el cerebro de los niños. El doctor en química Francisco Carreón (entonces director de química de la UDEM) y un servidor llegamos a resultados que fueron sorprendentes, gracias a la guía en esta relación de los trabajos de investigación de Needleman H. L, elaborados en la ciudad de Boston en USA unos años atrás. Ello nos obligó a que un año más tarde realizáramos un estudio de la calidad del aire que respirábamos. Encontramos, mediante diferentes documentos oficiales, tesis sobre el tema y, por supuesto, una serie de mediciones por inferencia estadística realizadas por el doctor Carreón, que la concentración de plomo en la entidad era severa y no se diga la presencia de diversos óxidos; eran otros tiempos y queríamos insistir en que la alta concentración de metales pesados en la sangre para una población de una ciudad metropolitana como Monterrey, tenía que ver en mucho con comportamientos disfuncionales y enfermedades específicas, situación que tanto en Estados Unidos y de rebote en nuestro país al introducir el convertidor catalítico en los automóviles, obligó al cambio de gasolina sin plomo. El problema fue mermado, pero el caso del hierro para una ciudad entonces dominada por la industria metal mecánica siguió siendo un problema grave. Hoy agradezco al amigo Jorge Ortíz, quien formó parte de la primera ofensiva ciudadana que paró el proyecto Monterrey VI, el haberme enviado importante artículo escrito por Clare Wilson, de la organización pnas.org, sobre cómo las nano partículas de hierro, al respirar aire contaminado del escape de los automotores, pueden contribuir a la enfermedad de Alzheimer. Asegura el citado artículo que: “Identificamos la presencia abundante en el cerebro humano de nano partículas de magnetita que coinciden con precisión con las nano esferas de magnetita de alta temperatura, formados por la combustión y/o calentamiento por fricción derivados, que son prolíficos en, materia particulada en el aire urbano (PM). Debido a que muchas de las partículas de magnetita de contaminación en el aire son <200 nm de diámetro, que pueden entrar en el cerebro directamente a través del nervio olfativo y por el cruce de la unidad dañada olfativa. Este descubrimiento es importante porque magnetita a nano escala puede responder a campos magnéticos externos, y es tóxico para el cerebro, estar implicado en la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) dañinas. Debido a una mayor producción de ROS está causalmente vinculada a las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, la exposición a este tipo de nano partículas de magnetita derivado de PM en el aire podría necesitar ser examinado como un posible peligro para la salud humana”. ¡Órale! raurubio@gmail.com

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