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Cárteles y líderes del narco, intocados por la 4T

Ricardo Ravelo

Septiembre 3 de 2021

Desde el año 2019, la FGR reconoció que en México operan 37 cárteles de la droga que mantienen una narcodinámica imparable y que generan violencia extrema y de alto impacto por el control y disputas de los territorios donde operan

En un diagnóstico, la Fiscalía General de la República (FGR) reconoce que en el país operan 37 cárteles. A su narcodinámica se atribuye la violencia extrema que azota al territorio nacional, pero a pesar de esa realidad ningún grupo criminal es perseguido. Tampoco sus jefes, quienes se mantienen libres e impunes.

Desde el año 2019, la FGR reconoció que en México operan 37 cárteles de la droga que mantienen una narcodinámica imparable y que generan violencia extrema y de alto impacto por el control y disputas de los territorios donde operan.

A pesar de este diagnóstico, que desde entonces explica las causas de la violencia criminal, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió no seguir la política de la represión para combatir al crimen organizado; el Presidente también decidió que sus objetivos a lo largo del sexenio sería alcanzar la pacificación del país sin detener ni perseguir a las grandes cabezas del narcotráfico. ¿Se podrá? Está por verse.

En su oficio FGR/UTAG//DG/001501/2019, la FGR difundió la lista de los grupos criminales que mantienen capturado al país y que son los responsables de la violencia que azota al país desde hace varios años.

En primer lugar, la FGR destaca el poder y la presencia en todo el territorio nacional del cártel de Sinaloa. Asegura en su informe que este cártel tiene varios brazos armados y enumera a “gente Nueva”, con presencia en Chihuahua y Sinaloa; Los Cabrera, presentes en Durango y Chihuahua; el cártel del Poniente –también conocido como de La Laguna–, cuyos tentáculos operan en la Comarca Lagunera.

La lista incluye a Los Bardales, afincados en Durango y Coahuila; siguen Los Aquiles, que controlan Baja California; El Tigre, también con operaciones en Baja California, así como el cártel “28”, que está afincado en Baja California Sur.

Tan peligrosos como despiadados son “Los Artistas Asesinos”, que tienen su base de operaciones en Chihuahua, La Pandilla de Mexicles y Los Salazar –afincados en Chihuahua –y Los Menos, presentes en Sonora.

Destaca la FGR al cártel de Tijuana Nueva Generación, así como sus ramificaciones: “El Chan”, presente en Baja California, “El Jerarca”, también afincado en ese estado y “El Kieto”. La Familia Michoacana y sus brazos son otro peligro en el país, destaca el informe. Sus ramificaciones son “Guerreros Unidos” y “La Nueva Empresa”, que opera en Morelos y el Estado de México.

El cártel de los Carrillo Fuentes y sus aliados son otra realidad de la tragedia que enfrenta el país. En este grupo destaca su grupo armado –“La Línea”, que opera en Chihuahua– y La Pandilla de Los Aztecas, también presentes en esa misma entidad.

El cártel de Los hermanos Beltrán Leyva sufrió un declive temporal con la muerte y captura de sus fundadores, los llamados “Tres Caballeros”, pero se ha fortalecido por las operaciones que mantienen

sus diferentes ramificaciones, entre otras, “Los Mazatlecos” –operan en Sinaloa y Baja California–; “El 2000” y/o “El Panchito Huevos”, “Los Granados”, que opera en Guerrero, en la región de Tierra Caliente”; “Los Rojos”, afincados en el centro del estado de Guerrero, “Los Ardillos”, son dueños de la región montañosa de Guerrero y el Cártel Independiente de Acapulco.

Por lo que respecta a Los Zetas, la FGR considera en su informe que sólo tiene presencia en Tamaulipas, pues ha dejado de operar en Veracruz, Nuevo León y Coahuila, bastiones importantes hasta hace diez años.

Los Zetas tienen dos ramificaciones: Grupo Operativo Los Zetas y Fuerzas Especiales Zetas. Ambas operan en Tamaulipas las extorsiones, secuestros y tráfico de enervantes.

Por lo que tiene que ver con el cártel del Golfo, las autoridades federales afirman que tiene varios ramajes, entre otros, “Los Metros”, presentes en Reynosa, “los Rojos”, afincados en Matamoros, “Grupo Dragones”, con fuerte presencia en el puerto de Tampico, “Los Fresitas”, “Los Talibanes”, que operan en Cancún y Benito Juárez.

El cártel de Los Caballeros Templarios –considerado el azote de Michoacán– opera con otras células, una de ellas liderada por Homero González Rodríguez y/o Gonzalo González, “El Gallito”, quien es el terror de Tumbiscatío y Apatzingán, Michoacán.

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