Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Noviembre 17 de 2020
Esta semana, en los diarios europeos se publicó una noticia insólita, rara, el hecho se refiere a una crisis producida por un hermoso animalito, el visón, el que aparentemente, al contraer el virus del Covid-19, éste muta en otros tipos de virus también mortales, hecho que ha obligado al gobierno socialdemócrata de Dinamarca a decretar el sacrificio de al menos 17 millones de visones hecho que ha indignado a la población.
Lo criaderos de estos animales son numerosos entre los daneses, ya que sus pieles son codiciadas para la fabricación de prendas de vestir que están en auge, a pesar de que han surgido organizaciones sociales contra la violencia hacia los animales que exigen que se detenga esa industria que produce chaquetas, gorras, abrigos, zapatos, bolsos, estolas, entre otras prendas.
Dinamarca no es la única, en los Países Bajos y España también existen criaderos de visones y se han propagado los contagios del nuevo virus causando la muerte de al menos 200 personas.
No son sólo los visones, la organización protectora de animales estima que también son criados, conejos, zorros, mapaches y otras especies cuyas pieles son codiciadas y pueden llegar hasta 95 millones de presas, esto sucede en Europa sobre todo en los países escandinavos, esa parte del planeta que presume de ser la más “civilizada”.
Los protectores de animales aducen que es urgente poner fin a la industria de pieles, porque los peleteros mantienen a sus presas, amontonados en jaulas, están condenados a la inmovilidad. Vegetan y desarrollan desórdenes de comportamiento que pueden incluso llevar a la automutilación o al canibalismo. Aunque hay que aclarar que en varios países europeos se han prohibido las granjas para la producción de pieles, es el caso de Austria, Eslovenia, Gran Bretaña, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Macedonia. Alemania o Suiza, han promulgado duras reglamentaciones que hacen que la cría de visones, zorros o mapaches sea económicamente inviable.
China es el país más importante del mundo en cuanto a criaderos de animales, los mantiene en condiciones deplorables y no existe ahí ninguna norma que los proteja.
Los industriales peleteros se defienden con el argumento de que las pieles son un material de alta sustentabilidad, es duradera y biodegradable y contra ese argumento los protectores de animales sostienen que la sustentabilidad es gracias a los dañinos tratamientos químicos a las que son sometidas.
Se visualizan los argumentos encontrados de los peleteros y los protectores de animales, no obstante, las pieles de serpientes, de cocodrilos y lagartos siguen cotizándose alto en el mercado, a pesar del daño que provoca su posible desaparición, ya que cumplen un papel importante en la naturaleza, contribuyen a la biodiversidad y al equilibrio de los ecosistemas.
Es importante señalar que el virus mutante del coronavirus lo llaman Cluster 5 y ha causado alarma entre la población danesa porque tiene potencial, hasta ahora hay 13 casos de contagiados por ese virus por lo que las autoridades están actuando con celeridad para que la población contagiada no aumente y que no se generalicen los infectados.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), desde abril de 2020, cuando se informó de la primera infección por SARS-CoV-2 en los Países Bajos en un visón y posteriormente en un trabajador agrícola de visones, se ha establecido que puede producirse la transmisión de humano a visón y de visón a humano. Desde entonces, se han notificado infecciones en visones en Dinamarca, Italia, España, Suecia y Estados Unidos”, sostiene el Centro de Previsión.
El ECDC aduce que la cantidad de infecciones que pueden ocurrir en una granja de pieles implican que “el virus puede acumular mutaciones más rápidamente en los visones”.
Estos hechos nos colocan frente a problemas y situaciones imprevistas que el coronavirus puede provocar, las autoridades de salud deben estar alertas.