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El poder de la voluntad y la inteligencia de Louis Braille

Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

Enero 7 de 2020

La voluntad es un atributo, una facultad fundamental de la mente humana para optar y decidir, con la intención de elegir con libertad espontánea o conscientemente sobre sus actos. ¿A qué viene esta introducción?

Es porque hace 211 años nació en París Louis Braille, era una época de grandes cambios en Francia, se estaban forjando nada menos que las modificaciones que impulsó una de las más famosas y humanitarias revoluciones mundiales, la Revolución Francesa, el antiguo régimen se resquebrajaba.

En 1809, Louis Braille fue hijo de una familia humilde, de escasos recursos y muy modesta formación cultural, dedicada a la talabartería;  Louis perdió la vista a muy corta edad,  a causa de una oftalmía simpática, pero  la familia mostró  una gran tenacidad y destreza para que el infante se desarrollara como un niño normal y que su discapacidad no resultara un impedimento.

Mediante las enseñanzas de su padre, Louis aprendió a leer formando letras sobre una madera o un trozo de cuero con tachas o clavos de tapicero las que recorría con sus dedos hasta formar palabras completas.

Cuando el infante tenía 9 años fue a la escuela y su maestro quedó maravillado por la capacidad del niño para aprender lo que oralmente le transmitía y por su ardiente deseo de aprendizaje por ello pronto logró una beca para ingresar al Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos de París, ahí comenzó una larga senda como alumno y profesor de esa escuela y bajo la escasa expresividad por su ceguera existía una persona con grandes cualidades que lentamente se fueron descubriendo durante su estancia en el Instituto.

Louis destacó primero como alumno y después como maestro creando sistema braille. Así aprendió a leer gran número de los libros impresos que estaban en la biblioteca del Instituto y aprendió a escribir a lápiz con la intención de poder comunicarse con los videntes. Para ello, empleaba moldes que contenían las letras vacías por cuyos bordes había que deslizar el lápiz. Comprendió de ese mismo modo las matemáticas y la geografía.

En el caso de la notación musical, gracias a su talento Braille fue organista durante muchos años en la iglesia de San Nicolás de los Campos de París. En el órgano, dicen los expertos, su ejecución era exacta, brillante y desenvuelta.

Además, se desarrolló en gramática, retórica, historia, geometría, álgebra y escribió algunos manuales de historia y aritmética para sus alumnos; sobresalió en música, tanto en teoría como en práctica ya que aprendió a tocar el órgano, violonchelo y el piano, con lo cual mostró su excelente capacidad intelectual, reflexiva y metódica al ser maestro no solo de infantes invidentes sino también de niños y jóvenes videntes.

Por desgracia a los 30 años, este hombre maravilloso, Louis Braille fue sufriendo los primeros síntomas de tuberculosis por lo que gradualmente se fue retirando de sus actividades docentes hasta quedar encargado únicamente de las clases de música y murió por esa enfermedad a los 43 años.

La herencia de Braille, mostró su eficacia al desplazar a otros sistemas de lectura y escritura para invidentes, un sistema que se adecuaba perfectamente a las características de la percepción táctil a nivel psicológico, estructural y fisiológico a favor de los ciegos quienes tenían que enfrentar una serie de prejuicios y estereotipos como la oposición de los maestros que pensaban que el método generaba aislamiento y segregación en el alumnado discapacitado. 

El pasado 4 de enero se conmemoró el Día Internacional dedicado al Braille, estimo que este personaje es merecedor de un gran homenaje y reconocimiento.

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