Detrás de la disputa electoral por Monterrey y Guadalupe, están grandes capitales que huelen muy mal…

RAÚL A. RUBIO CANO

Agosto 20 de 2018

La disputa electoral de los municipios de Monterrey y Guadalupe, notas informativas, editoriales y reportajes, sólo tocan el tema en la inmediatez del mismo y ¡vaya que hay unas descripciones geniales en ello! sin embargo, los intereses económicos que fundamenta las recientes ofensivas priista o panista, tiene sus razones de ser en dinámicas que van más allá de lo que es la voluntad política de los ciudadanos y llegan al terreno de lo económico y, no digamos lo financiero; demostrando en estos días que en primer lugar, el voto ciudadano poco importa y, que son los órganos electorales, en todo caso, donde se concretiza “la verdadera razón de ser” para que quede tal o cual personaje y partido, en el poder político de una entidad determinada. En el mundo Neoliberal, la separación entre política y economía se ha perdido rotundamente y lo peor aún, lo financiero, se ha impuesto dolosamente sobre todo ello; por eso, en un país donde se estima que tiene una inyección de 60 mil millones de dólares al año por el Narco, es natural que mucho de ese dinero busque desesperadamente integrarse a la economía del país, no hablemos de los dineros del juego (Casinos) que es otro tanto muy poderoso y que ante la necesidad de Trump de sanear su sociedad de las drogas, ha impuesto persecuciones severas a esos dineros en el mundo financiero de USA y hasta creado el Plan Chicago con México, para empezar la cacería de Narcos y sus socios. Ello ha calentado el mundo de las finanzas en México a más no poder y, sobre todo, con la llegada de un gobierno que le está apostando al capital productivo y salir del especulativo que el Narco y Casinos impulsan a pie juntillas. El amasiato entre ese tipo de capitales “sucios” y lo que tradicionalmente fue el capital productivo, es más que un hecho, ahí está el destape de los manejos de Ternium con empresas regias como Hylsa e IMSA, y bueno, estos capitales que huelen a podrido, desesperadamente entran en crisis por las presiones de Trump y la llegada de AMLO y eso, es lo que hoy estos Neoliberales, rapaces, los obliga a tener que ganar un área metropolitana para valorizar esos capitales. Hace más de cien años, el gobernador Bernardo Reyes, construyó el Palacio de Gobierno con dineros de juegos de esa época, de ahí que la gente lo llamó “El Palacio de los Naipes”. Hoy, rapaces desarrolladores y sus cortes de arquitectos, ingenieros y supuestos urbanistas, formarán Distritos Urbanos, siguiendo las enseñanzas de inversión del “Palacio de los Naipes”. Por eso, cuando Felipe de Jesús Cantú dijo ¡No! a la Interconexión Macroplaza-Valle Oriente y ¡No! al Distrito Purísima-Alameda, obviamente, firmó su sentencia de muerte política, ya no les sirve de alcalde a los Zares inmobiliarios y demás socios y es aquí, donde la guerra entre la voluntad ciudadana y la rapacidad urbana de unos cuantos, ha comenzado ¡Órale! raurubio@gmail.com