Un país que no lee es un país fracasado; por eso estamos como estamos
// Del Tintero //
Fidencio Treviño Maldonado
Febrero 26 de 2018
—Por eso estamos como estamos, por eso nunca progresamos–Canción de Los APSON
Un pueblo que no lee es un país fracasado y el nuestro, aunque les duela a millones de paisanos leer y escuchar esto, camina hacia esos horizontes borrascosos, sin rumbo, es más, sin brújula y no se ve por dónde. Parece ser que heredamos un testamento lleno de dolor, de pocas esperanzas y parodiando a nuestro más grande representante de la llamada cultura popular, José Alfredo Jimenez–Caemos en los mismos errores– y hasta don José Vasconcelos con su –Por mi raza hablará el espíritu –ya no tiene razón de ser. Dentro del cuadro de las artes y lo que llaman cultura, está la LITERATURA como un arma contra el oscurantismo y el despertar de conciencias entre otras cosas dignas de la lucidez del pensamiento y nuestra clase política está a muchos años luz de ella, a excepciones que son aves raras que nuestros bien pagados políticos lean. Los tres punteros y señalados para ocupar la Silla del Águila se duda que en su vida “Haigan” leído más de dos libros, propiamente de la literatura nacional o universal, mucho menos algún clásico y esto se nota, se ve y palpa en sus discursos, sus palabras son una cacofonía llena de retórica lúdica y repleta de anáforas y su corta verborrea, López Obrador sigue con sus mafias de poder y exhibiendo a los corruptos, su mensaje añejo es el mismo, José Meade, repitiendo los malos o pésimos discursos de su jefe Peña Nieto, un simple muñeco ventrílocuo hablando más de lo mismo, las reformas, los avances en los rubros que el PRI ha llevado a cabo, por otro lado, el Pequeño Pollo,” The chicken Little” Ricardo Anaya, tocando y bailando la bamba y otras tonadas dirigidas a las personas como él, su perorata de terminar con los corruptos, de ahí no pasaron sus campañas, disfrazados de precampaña, lo que demuestra que en su obtuso pensamiento no hay una pizca de comunicación en su lenguaje cotidiano, de ahí lo que decía, Ricardo Garibay –tenemos un lenguaje de 8 máximo 10 palabras –y nuestros políticos en general si acaso en su vida de estudiantes, más por obligación que por gusto tuvieron que leer libros inherentes a su carrera, de ahí no pasaron.
Dime que lees y te diré quién eres- Esto no es nuevo, desde Don Plutarco Elías Calles que fue el que le dio forma al PRI, tenía como él decía la obligación de leer al menos veinte páginas de un libro al día, en su oficina, en el tren, en giras, etc. adicto a los filósofos alemanes y la literatura Rusa, inclusive siempre atento a lo que sucedía en Alemania con Hitler, sin embargo los demás emanados e hijos de la Revolución, tal vez José López Portillo fue un político que se interesó por la lectura, de ahí en adelante, ni M. De La Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, menos Vicente Fox, F. Calderón prefirió el Coñac a los libros y él actual Peña Nieto pareciera que les teme a las letras, ahora que entre los tres punteros que en líneas arriba se señaló, no hay esperanzas de ninguna índole para que la lectura tome un buen camino en México; Por su muy corto lenguaje, se nota que no son adictos para leer.
De las esposas de los tres candidatos, la única mujer que ha leído es la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez M. con maestría en literatura, periodista y ha escrito varios libros, esa sería una leve ventaja de que en caso de que llegase el Peje a los Pinos que a su lado están mujeres y hombres que son intelectuales de la talla de Elenita Poniatowska, entre otros y otras que están cerca de este candidato y esto podría en su momento elevar la decisión de hacer ediciones más baratas y crear el hábito e inclusive obligación la lectura en las escuelas. El fracaso literario se les nota a los tres punteros para vivir en los Pinos y es que nadie les recomendó leer a Octavio Paz, Neruda, Borges, que decir a Martín L. Guzmán y ” La sombra del Caudillo “, Al maestro Agustín Yáñez, la narrativa de Emilio Pacheco, y desde luego a nuestros ilustres hombres como lo fueron Justo Sierra, Alfonso Reyes, al Dr. M. Azuela ” Los de Abajo ” a don J. José Arreola, su ficción o los aforismos de Carlos Monsiváis o tal vez que conozcan una poco de nuestra idiosincrasia al leer a Juan Rulfo y nos podemos imaginar que menos han leído a nuestros grandes poetas como Diaz Mirón, Manuel Acuña, al nayarita, Amado Nervo o al de Suave Patria, Ramón López Velarde, entre otros. Lo mismo se puede decir de cientos de diputados y Senadores o Gobernadores, de ahí podemos tomar en cuenta que poco o nada se puede esperar de ellos en lo referente a la lectura como pasatiempo nacional, ya lo dijo el filósofo de mi rancho, Luciano Valdés “El Pichilaco ” un nopal nomas da tunas y espinas, una higuera da higos, no esperes otra cosa” Sugerencias y comentarios; kinotre@hotmail.com