Notas ImportantesNuevo León

De barbaridades, desatenciones y demás perversidades, en Monterrey, Nuevo León…

 

RAÚL A. RUBIO CANO

Junio 15 de 2017

 

Ante la situación que padecemos en muy diversos rubros existenciales de nuestra metrópoli, las Iglesias que operan en ella, poco o nada han dicho sobre el tema de la contaminación ambiental, el caso del agua, del río Santa Catarina, la destrucción del Obispado, la vialidad, la inseguridad, la lucha por la defensa del patrimonio histórico, en fin, tantas y tantas cosas que nos afectan, pero por lo visto ni hablan y mucho menos actúan esos ministros de Dios y sus grey y han preferido, seguir el camino de vida contemplativa y de oración en un mundo que se resquebraja ¡Caray! ¡Si se les apareciera Jesús! o, de plano, en el caso de los católicos, el mismo Papa Francisco. Las referencias del Papa son muy claras y contundentes para ya meterse a colaborar en salvar a nuestra Casa Común y todo ello, se encuentra en la encíclica Laudato Sí. Por lo tanto, ya es hora de que las iglesias, no nada más la católica-, pongan manos a la obra para construir el reino de Dios en la Tierra y no permitir que unos cuantos fariseos o viles bandidos, sigan saqueando y destruyendo a hombres y naturaleza.  En 1975, los entonces estudiantes de ingeniería civil de la UANL, Jesús Jorge Rubio Cano, hoy experto en vías terrestres, formado a la luz de la experiencia de US Army; el fallecido ingeniero Juanito Valdez, quien posteriormente sería alcalde de Santiago y otros personajes que no recuerdo, sacaron 100 de calificación en trabajo escolar para construir  una planta de tratamiento de aguas negras en la presa de La Boca, aguas procedentes de El Cercado y de Santiago, ya que desde 1956, éstas aguas iban a parar allí. Las aguas tratadas -propusieron los brillantes estudiantes- en su proyecto, brincarían la cortina de la presa y se irían a la cuenca del río San Juan; así, con esa planta de tratamiento, los regios dejamos de tomar agua con excremento, una realidad que se cumplió gracias a ese proyecto estudiantil de quienes después serían excelentes ingenieros civiles, pero que por manejos del destino, su proyecto alguien lo vendió a SAHOP y ésta lo implementó; los estudiantes comentados, sólo recibieron un flamante 100 por su trabajo. De veras cuanta maldad hay en muchos lados. Y hablando de maldades y falta de agradecimiento de nuestras autoridades, ayer, sin aviso alguno, a no ser la nota de El Norte, el licenciado Mariano Núñez González, de la Junta de Protección y Conservación del Barrio Antiguo, quedó fuera de ese puesto que ocupó por 16 años sin recurso económico alguno y con grandes riesgos para su persona y familia, por la salvaguarda de ese candente sitio histórico de la ciudad. Dicen que “vecinos” del Barrio Antiguo, le pidieron al Bronco nueva Junta y el cabildo de Monterrey dio el sí. Ya veremos cuánto le atoran a esa defensa del Barrio Antiguo, los que vienen ¡Órale! raurubio@gmail.com

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