Sexto año de la Casa Universitaria del Libro de la UANL…

RAÚL A. RUBIO CANO

Febrero 14 de 2017

El pasado viernes 10 de febrero, se conmemoró el sexto aniversario de la Casa Universitaria del Libro, una trinchera cultural para socializar el amor al libro por la UANL. No existe sitio fuera del Distrito Federal con más publicaciones de libros y con una afluencia anual de miles de visitantes a los eventos culturales que éste singular sitio. La labor ha sido titánica si a estadísticas nos referimos para promover el libro, pero si vamos al fondo del amor a los libros, la Casa Universitaria del Libro ha sido un bastión de combate para enfrentarse a una estrategia política imperial para hacer que el pueblo de México leyera cada vez menos, como de hecho fue la Reforma Educativa de Echeverría de 1972-1973, donde se disminuyó en las nuevas generaciones la lectura, la escritura, el pensamiento abstracto, la geografía y la historia, no digamos con la llegada de la micro computación, el recurrir a un libro fue un fenómeno raro, pero en el pecado fue la penitencia y ahora, tenemos hasta un presidente sin conocimiento de algún libro, por eso, es trascendente la labor de la UANL en la promoción de la cultura del amor al libro. En su sexto año de vida y como principal orador del evento conmemorativo, el poeta, José Javier Villarreal, nos deleitaría con un fundamentado y bello discurso sobre esa labor de la UANL para impulsar la producción y lectura de libros, diciendo: “La universidad no nos permite olvidar –en medio de todo esto- ese patrimonio cultural que nos hace ser quienes somos, quienes queremos llegar a ser. Nuestro presente científico, humanístico, académico y tecnológico se pone a prueba día con día en los campus universitarios, en los diferentes espacios –todos vivos- que conforman nuestra universidad. Podemos y debemos cuestionar nuestros centros de educación superior, también exigir y exigirnos nuestro mejor papel en tal orden académico. El hecho de que en un país que cuenta con una población de más de 52 millones de hispanohablantes y que suprime el portal de su presidencia para lengua española es un acontecimiento que no puede pasar desapercibido para la institución pública de enseñanza superior más importante de la ciudad más al norte de Hispanoamérica y más cercana al orbe angloparlante. Es el enclave cultural de donde surgió fray Servando Teresa de Mier, la ciudad desde donde el presidente de México: Benito Juárez, redactó su carta a Maximiliano, la ciudad que dio la batalla y fue ocupada por un ejército extranjero, la ciudad de Alfonso Reyes y su correo literario quien, desde Brasil, en 1933 emitió su voto por la Universidad del Norte; esta universidad desde la cual, día tras día, hacemos un trabajo que nos ennoblece y nos subraya una identidad, una puerta que nos planta ante un mundo inmenso que nos pertenece, que es nuestro y que no debemos dejar de reclamar. La cultura del libro funda su propio tiempo, todo es aquí y ahora, la memoria se nos vuelve presente y el presente en promesa de volverlo ejemplar, modélico.” ¡Vaya! cuantas implicaciones tiene producir libros y socializar el amor a ellos… ¡Órale! raurubio@gmail.com