No basta pedir perdón
Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Febrero 12 de 2014
La organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec), decidió romper el diálogo con las autoridades estatales y federales retirándose de las mesas temáticas y de seguimiento de casos ya que, argumentan los activistas, han detectado anomalías en los operativos de búsqueda de restos humanos encontrados en las fosas clandestinas en varios municipios del estado.
Fuundec asegura que tanto Rubén Moreira como Armando Luna Canales, secretario de gobierno, mintieron al afirmar que no se había utilizado maquinaria pesada en los operativos, que no se había permitido el acceso a prensa, y que se respetaron los protocolos de custodia de evidencia delicada. Pero, gracias a un reportaje de Univisión, se demostró que sí se habría usado maquinaria pesada y permitido el acceso a la prensa, lo cual pondría en riesgo el levantamiento de evidencia para la identificación de las víctimas.
De inmediato la Subprocuraduría para la Investigación y Búsqueda de Personas No Localizadas, Atención a Víctimas, Ofendidos y Testigos, en voz del titular, Juan José Yáñez Arreola, aseguró que en los operativos de búsqueda de restos en fosas clandestinas se cumplieron todos los protocolos establecidos y se contó con el apoyo de personal especializado en la materia.
Fuundec explica (10-2-2014, comunicado) que tanto Humberto Moreira como Jorge Torres López y Felipe Calderón, se dedicaron a administrar el conflicto. Los familiares de las víctimas manifiestan que con Rubén Moreira mantuvieron interlocución, logrando avances en armonización legislativa y otros con perspectiva de derechos humanos en la línea de una búsqueda efectiva.
Explican que, para ellos, el operativo de búsqueda de restos humanos en la zona norte despertó altas expectativas, pero también preocupación de que se realizara conforme a principios éticos. Manifiestan haberse sorprendido al ver el reportaje de Univisión en el que se violaban las reglas que para estos casos se establecen.
Fuundec y Fuundem se manifiestan decepcionados, indignados, desengañados, con “impotencia, rabia y dolor, ante la evidencia irrefutable de que el operativo, más pareció una pasarela periodística de acceso libre”.
En su Segundo Informe de Gobierno, Rubén Moreira pidió perdón a las víctimas y a las familias de las y los desaparecidos, pero su disculpa tenía un fuerte tono de demagogia, muy acorde con el populismo que ha sido el sello característico de su administración. Lo que sí es manifiesto, es la falta de voluntad política y la incompetencia institucional que se desenvuelve con base de traspiés, aún con los pretendidos engaños y disimulos de Moreira y sus lacayos, porque ni eso saben hacer; los hechos acusan.
Los activistas de organizaciones civiles especializadas en el tema de las desapariciones afirman que en el gobierno de Enrique Peña Nieto este fenómeno sigue ocurriendo prácticamente con la misma intensidad, al mismo ritmo que en la administración de su antecesor Felipe Calderón, la diferencia es que los medios de comunicación informan mucho menos de los casos, o bien, se omite denunciar por miedo y falta de confianza en las autoridades.
Los casos de las y los desaparecidos en Coahuila y México resultan una realidad espeluznante, aterradora, ellos forman parte del presente en una nación convulsionada por la violencia, participan de un proceso cruento que pugna por imponer el silencio y la impunidad, una nación y un estado que continúan negándose a sí mismos al no poner en práctica los mecanismos de justicia que puedan aliviar este horror.
Si la sociedad da la espalda a la reflexión y a la crítica acerca el estilo personal de gobernar que durante casi 10 años han ejercido los gobiernos del clan Moreira, sin ánimo de ser catastrofista, se puede llegar a una situación donde la gente se sienta incapaz de pensar y actuar para cambiar su vida ante esta tragedia humanitaria, una realidad que parece ficción.