Salud

La cobertura “universal” de Calderón incluye “la dermatitis del pañal”.

2-Octubre-2010

Gustavo Leal F.*

Además de la fantástica “meta” para alcanzar una cobertura “universal”, después de cuatro años al frente de la Secretaría de Salud (Ssa) el doctor Córdova Villalobos manifiesta sentirse muy satisfecho con dos “avances” del programa sanitario calderonista: la “ampliación” del Catálogo Universal de Servicios Esenciales del Seguro Popular (Causes) y la integración de un sistema “único” de salud.

Respecto al Causes, Córdova estima alegremente que hacia 2012 podría cubrirse “el 100 por ciento” de atención de enfermedades en el primer nivel y de “90 a 95 por ciento” en el segundo.

Estrictamente hablando, el Causes de Córdova (mayo 2010) agrupa sus 275 intervenciones en seis diferentes conglomerados: 24 de salud pública, 104 de consulta de medicina general/familiar y de especialidad, ocho de odontología, 25 de urgencias, 45 de hospitalización y 69 de cirugía. ¿Dónde ubica su “100” y “90” por ciento del primer y segundo nivel?

Frente a lo que hoy por hoy nos enferma y mata: diabetes, cánceres e infartos, entre otras, todavía cabe preguntar: ¿su “cien por ciento” en el “primer nivel” incorpora acaso las “Acciones preventivas para recién nacido” (intervención 9)? ¿O las “Acciones preventivas para menores de 5 años” (intervención 10)? ¿También las “Acciones preventivas para niñas y niños de 5 a 9 años” (intervención 11)? ¿O las “Acciones preventivas para adolescentes de 10 a 19 años” (intervención 13)?

Por no mencionar la “Detección precoz de los trastornos de la conducta alimentaria” (adolescentes, intervención 12), las “Acciones preventivas para la mujer de 20 a 59 años” (intervención 17), las “Acciones preventivas para el hombre de 20 a 59 años” (intervención 18), las “Acciones preventivas para el adulto mayor de 60 años en adelante” (intervención 24), el Diagnóstico y tratamiento de deficiencia de vitamina A (intervención 26), el Diagnóstico y tratamiento de rinofaringitis aguda (resfriado común, intervención 33) y el Diagnóstico y tratamiento de dermatitis del pañal (intervención 69).

Estrictamente hablando, a Córdova hay también que interpretarlo. Porque ¿su “90 por ciento” del segundo nivel contempla, acaso, el diagnóstico y tratamiento de las secuelas de desnutrición (intervención 100)?

Por lo que toca a la integración del sistema “único”, para Córdova nuevamente se trata de que, hacia 2012, el “avance” se materialice vía “expedientes electrónicos, convenios de portabilidad, y otros acuerdos de atención”, de tal suerte que espera tener “a IMSS, ISSSTE, Ssa y al menos a 24 estados integrados en algunas áreas”.

Apenas en abril de 2010, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) comunicó que había ordenado la suspensión del proyecto del expediente electrónico en el IMSS. Y destacó que la decisión era consecuencia de “la nula respuesta” del instituto a las reiteradas exigencias sindicales para que mejorara el equipo, los programas de cómputo, así como por las quejas “muy sustentadas” de los usuarios del sistema.

Para el SNTSS: “tras varios años de experimentos fallidos, queda claro que no existe ni la voluntad ni la capacidad del instituto para modernizar en forma eficiente y efectiva el sistema de cómputo, que hasta ahora sólo sirve para entorpecer aún más los procesos de atención a los usuarios del IMSS. Y, lo que es peor, prolonga los tiempos de espera y provoca la ira de los pacientes. En el instituto existe una extraña obsesión por el fracaso. Como es público y notorio, el expediente electrónico ha provocado dificultades administrativas para los derechohabientes y operativas para el personal de salud, propiciando las quejas de unos y el envío injustificado a relaciones laborales de los otros”.

Dado el peso específico de una institución de la magnitud nacional del IMSS, se antoja difícil que Córdova cumpla con su “meta” de integración hacia un sistema “único”.

Los convenios de portabilidad tampoco parecen tener mejor suerte. Es el caso del que se firmó el 17 de febrero de 2009 entre IMSS e ISSSTE y cuyo “avance” es casi nulo.

¿Y dónde está el Informe de Resultados sobre la Portabilidad para “todos los usuarios” del Seguro Popular, cuyo Convenio 32 x 32 signó (y presumió) con 32 secretarios estatales de salud el (cuarto) comisionado de Protección Social en Salud, Salomón Chertorivski, el 23 de octubre de 2009? En él se comprometieron a que los estados absorbieran los costos de la atención, independientemente de dónde recibieran el servicio médico. Para lo cual deberían adherirse a un sistema informático y tabulador de costos nacional, teniendo como principales beneficiarios a jornaleros agrícolas, migrantes temporales y pescadores.

Pero eso sí, Córdova ya desechó financiar el tratamiento de la insuficiencia renal, por los “altos costos que generaría”, aunque simultáneamente reconozca que “hacia 2020” podría haber hasta 10 millones de diabéticos.

No hay duda: el “100 por ciento en el primer nivel y 95 en el segundo” de Calderón y Córdova describe una fantástica cobertura “universal” que no cabe en un México de derechos sociales efectivos.

Pero se acerca consistentemente a la “realidad” sanitaria del gobernador Juan Sabines: en Nuevo Juan de Grijalva, la primera ciudad rural sustentable edificada en Chiapas, con 410 familias –presumió– “tenemos el 100 por ciento de vacunación, ninguna defunción en menores de cinco años, todos los partos han sido atendidos con calidad profesional, ninguna muerte materna por parto, ninguna defunción por VIH, ni un caso de tuberculosis o paludismo”. ¡El anhelo “universal” de Calderón!

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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