Columnas‏

Bajo la sombra de la demagogia

Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

 

Al inicio de este año se presentó la polémica del aumento exagerado del impuesto predial en algunas de las alcaldías de Coahuila. Me referiré sólo a lo que ocurre en Saltillo a ese respecto ya que al parecer ha sido lo más relevante.

El Congreso del Estado aprobó un incremento del 4 por ciento al predial, de acuerdo a la inflación estimada para este año, peeero, el gobierno estatal obsequió a los causantes coahuilenses el NO cobro en los derechos vehiculares de lo que los juristas  llaman “fomentos”: fomento a la Cruz Roja, al Centro Histórico, Bomberos y Seguridad Pública.

Los especialistas coinciden en que se trata de cargas tributarias inconstitucionales, porque se crean sobre bases que violan la legalidad y la proporcionalidad tributaria, al fijarse como “cuotas” o porcentajes que el causante debe pagar al momento de pagar otros impuestos que sí son legales.

Otro criterio que recientemente expuso la Suprema Corte fue que estas “Contribuciones” son inconstitucionales porque se establecen con una tasa fija sobre impuestos que el ciudadano paga en  diferente cantidad, como la tenencia vehicular, y por ende, no existe proporcionalidad tributaria (eleva el costo del impuesto que paga el ciudadano; la Corte se opone con diversos criterios a esas “fórmulas”).

No puede dejar de causar irritación que el Ejecutivo de Coahuila se valga de argucias, de sofismas para presentarse ante los ciudadanos con una imagen de funcionario benévolo, magnánimo, generoso, que deroga impuestos, pero en el caso de Saltillo la verdad no tardó en aparecer, ya que no hubo tal abolición sino un traslado que ha resultado un golpe más a la economía de los saltillenses.

¿Cuál sería la intención de Rubén Moreira  (el que en realidad manda), quien a través de los diputados locales le envió ese obsequio los  alcaldes? Es tal vez un primer golpe para ir abonando una buena percepción hacia el PRI, pues no puede darse el lujo de perder otra elección este año y llegar más debilitado al 2017;  para el Alcalde de Saltillo y el PAN podría ser, desde la estrategia del PRI, el cosechar puntos negativos de cara a esas elecciones, ya que en política nada es fortuito.

Por su parte el Alcalde de Torreón Miguel Riquelme, cobrará también el 14 por ciento al predial, con lo que aumentará la irritación que dejó la administración de Eduardo Olmos, que también dejó endeudado al municipio y a los torreonenses con un amargo sabor de boca por la corrupción y la aterradora inseguridad que se vive en esa región.

De lo que no queda duda es que la intención de Rubén Moreira es darles chanza a los Ayuntamientos de que se capitalicen, ya que la mayoría de los que  se fueron los quebraron y así él se lava las manos y los paganos somos los contribuyentes y Armando Plata, en sus laureles.

Por cierto, cabría preguntar ¿A quién beneficia el impuesto del Centro Histórico, el de seguridad y el de educación? La pregunta parece improcedente, vana, porque, ante la falta de transparencia y rendición de cuentas sobre esos impuestos es claro que son la caja chica para Dios sabrá qué tipo de corruptelas de la administración estatal. Pero que quede constancia, los “fomentos” son inconstitucionales por lo que es nuestro derecho, NO PAGARLOS.

Por otra parte, Rubén Moreira sigue presentándose como el primer priísta, el domingo pasado presidió el Consejo Político del PRI; por su parte Samuel Aguilar Solís, secretario de Acción Electoral, señaló que el objetivo del PRI es triunfar en los 16 distritos electorales de Coahuila, o sea carro completo.

A Rubén Moreira  ya se le olvidó que en las elecciones  municipales del año pasado hubo denuncias contra el gobierno de Veracruz por la compra del voto a través de los programas  a cargo de la Sedesol  y el Pacto por México fue detenido; a Moreira II se le denunció por haber presidido una reunión en la que tomó protesta a  un ejército de promotores de los Comités de Política Popular y Acción Social y que fue denunciado ante Enrique Peña Nieto por su  proselitismo ya que actuaba como líder el PRI y pretendía presentarse como gobernador imparcial. En esas estamos.

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