Columnas‏

Agsal ¿manos limpias?

Aguas de Saltillo1

Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

Octubre 8 de 2015

 

 

Insistir en hacer públicas las fallas de Agsal no es una consigna mal intencionada, al contrario, es instar a la opinión pública y a las autoridades a volver la mirada sobre el agua ese bien público y derecho humano que se ha tornado en una mercancía cada vez más cara y de mala calidad, lo cual no se puede ni se debe tolerar.

El mes pasado la Fundación Gonzalo Río Arronte concedió el galardón a las Mejores Prácticas en el ciclo de Producción y Distribución del agua a Agsal por tercer año consecutivo. El objetivo de la mencionada Fundación  es reconocer a instituciones públicas y privadas que realizan proyectos de beneficio social en materia de salud, adicciones y agua, el galardón fue  otorgado por ser la más eficiente del país en el cobro del servicio de agua y drenaje, por lo cual, a los saltillenses este premio lejos de enorgullecernos nos indigna porque es una prueba fehaciente más de que para Agsal la prioridad son las ganancias; los 240 mil usuarios nos congraciaríamos con esa empresa si los reconocimientos fueran por la calidad del vital líquido o por el cumplimiento de las leyes que le obligan o su compromiso con un buen servicio a los usuarios, mas no es así.

Por fortuna para los saltillenses desde hace 13 años contamos con la organización Usuarios del Agua de Saltillo (AUAS) la que se encargó de bajarle los humos al gerente de Agsal que alardeó de haber ganado una vez más ese galardón.

AUAS envió una carta al Director de la  Fundación mencionada para enfatizarle que si bien es cierta la eficiencia de Agsal en la cobranza (98%), ésta se mantiene a costa de un agresivo y alto número de cortes al servicio (hasta 60 mil al año) además de cargos por reconección; Agsal tampoco se ha preocupado por obtener durante su  gestión, el “Certificado de Calidad Sanitaria del Agua Potable”, requerido por la Secretaría de Salud (NOM-179-SSA1-1998); AGSAL ha sido acusada de fraude por presentar información incongruente entre sus diferentes documentos, y de presunta contabilidad doble por datos discordantes en sus cuentas públicas y sus Memorias Anuales. Esta empresa tampoco se ha ocupado resolver el problema de incrustación de tuberías por carbonato de calcio (sarro), lo que ha implicado el cambio periódico de muchos metros de tuberías y en gran número de tomas domiciliarias con cargo a los usuarios.

Por si algo faltara hay que agregar la apatía y la complicidad de las autoridades municipales que han gobernado a Saltillo durante los casi catorce años de gestión de la empresa, las cuales se han desentendido de su obligación de velar por los intereses de los ciudadanos. Aparentemente para estas autoridades hay dos aspectos muy positivos de esta situación: no estar expuestas directamente a los golpes mediáticos por las fallas del servicio, y recibir dividendos anuales de varias decenas de millones de pesos sin tener que involucrarse, hay que agregar que por enésima vez se solicita a la autoridad municipal que se realice una auditoría externa a Aguas de Saltillo a fin de limpiar y trasparentar las finanzas de la empresa.

Las violaciones al derecho humano al agua son sistemáticas, AUAS agrega que Agsal ha incurrido a violaciones legales como, la Ley de Aguas para los Municipios del Estado de Coahuila; la Ley General de Salud y la Ley Estatal de Salud; el Decreto No. 295 de 1993, que creó el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento de Saltillo; el Código Municipal para el Estado de Coahuila; las normas de la Secretaría de Salud sobre agua potable; el Contrato de Asociación de AGSAL; y el Contrato de Asistencia Técnica firmado por AGSAL e InterAgbar de México.

Con esto basta o hacen falta más pruebas de que Agsal actúa arbitraria e ilegalmente con el apadrinamiento de las autoridades.

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