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Tamaulipas: El imbatible Cártel del Noreste

Ricardo Ravelo

Julio 27 de 2023

Con el triunfo de Morena en Tamaulipas y de su candidato Américo Villarreal, el Cártel del Noreste reforzó su poderío. Al actual mandatario se le vinculó con este grupo, aunque él mismo luego lo negó; durante su campaña política se dijo que los miembros del Cártel del Noreste le financiaron su campaña a cambio de impunidad.

El Cártel del Noreste, cuyos miembros son tan sanguinarios y temibles como en su tiempo fueron Los Zetas, se ha convertido en el azote de Tamaulipas a pesar de que, el 13 de marzo de 2022 efectivos del Ejército Mexicano detuvieron a su líder –Juan Gerardo Treviño Chávez –conocido en el mundo del hampa como “El Huevo”.

Sobrino de Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”, “El Huevo sembró terror y muerte en Tamaulipas, cuna del Cártel del Golfo y de Los Zetas. Treviño Chávez fue una pieza clave del grupo criminal Los Treviño, de larga historia en el estado de Tamaulipas; el detenido vio frustrado su intento de controlar la región metropolitana de Monterrey, donde el poder lo ejerce Rodolfo Villarreal Hernández, “El Gato”, miembro de la organización Beltrán Leyva.

Treviño Chávez tiene tres órdenes de aprehensión en su haber. Una fue girada en Tamaulipas por el delito de extorsión; otra en Coahuila, donde está acusado de homicidio doloso y terrorismo; cuenta con una más con fines de extradición: las autoridades estadunidenses lo reclaman por varios delitos, entre otros, tráfico de drogas, conspiración, lavado de dinero y delincuencia organizada.

“El huevo”, de acuerdo con las autoridades, era el jefe del llamado Cártel del Noreste, cuya base de operaciones es el estado de Tamaulipas ahora gobernado por el morenista Américo Villarreal, a quien han vinculado con este grupo criminal; en abril de 2019 corrió el rumor respecto de su captura. Por ello, los miembros de esa organización criminal han respondido a las autoridades con bloqueos utilizando unidades de transporte; también queman vehículos, suelen provocar disturbios y matanzas.

El cártel del terror

Tan temibles como los miembros del Cártel del Golfo pero igual de violentos que Los Zetas han resultado ser los integrantes del Cártel del Noreste, la organización criminal que fundaron los hermanos Treviño Morales y que actualmente siembra terror y muerte en Tamaulipas, el tercer estado más violentos del país, después de Zacatecas y Guanajuato.

El Cártel de Noreste surgió en el escenario criminal hace poco menos de una década; comenzó a sentar sus reales después de que sus miembros –quienes militaron en Los Zetas –desertaron de esa organización criminal luego de la caída de Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca –presuntamente asesinado en octubre de 2012 en el estado de Coahuila – y tras la captura, en Nuevo León, de Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”, un año después, en 2013.

Antes, cuando estaban vigentes en el negocio criminal, tanto Lazcano Lazcano como Treviño Morales entraron en pugna. El encono los dividió y terminaron enfrentados. Ambos se disputaron el control de Los Zetas cuando todavía eran el brazo armado del Cártel del Golfo. Después de convirtieron en un cártel. Más tarde se reciclaron y, de acuerdo con la DEA, ahora varios de sus miembros militan en el temible Cártel del Noreste.

De hecho, la pugna entre Lazcano y Treviño derivó en la división del grupo de Los Zetas: una ala estaba encabezada por Heriberto Lazcano y la otra por Treviño Morales. Sin embargo, la ruptura entre ambos terminó por fracturar a la organización. Actualmente, los restos de Los Zetas enfrentan una crisis que los ha orillado al declive inevitable.

Justamente debido a las divisiones que enfrentaron –y aún siguen padeciendo –tanto el Cártel del Golfo como Los Zetas fue que el Cártel del Noreste emergió, pujante, en Tamaulipas. Su radio de acción se ha extendido a Nuevo León y la Comarca Lagunera, conformada por los estados de Coahuila y Durango, territorio clave para el tráfico de drogas que por años estuvo bajo el dominio del Cártel de Juárez

Eran los gloriosos años ochenta y noventa, etapa de esplendor de Amado Carrillo Fuentes y de su hermano Vicente, “El Viceroy”, actualmente preso; también fue la etapa fulgurante del operador financiero de los hermanos Carrillo –Manuel Bitar Tafich –de quien se afirma que se quedó con una fortuna descomunal del grupo criminal tras la presunta muerte del llamado “Señor de los Cielos” que invirtió en hoteles de lujo en Coahuila, particularmente en la ciudad de Torreón, y otros negocios.

Regresando a Tamaulipas se puede decir que el Cártel del Noreste, conformado en su mayoría por exmiembros de Los Zetas, explotan las actividades más rentables del crimen organizado: secuestros, tráfico humano, extorsión, cobro de piso y de impuestos a negocios establecidos –restaurantes, bares, cantinas, burdeles, expendios de alcohol, centros nocturnos con o sin servicios de prostitución, taqueros, panaderos y el comercio en general –, además de que también suelen ejercer violencia extrema en contra de grupos de migrantes centroamericanos.

El Cártel del Noreste –presuntamente protegido por el actual Gobierno de Tamaulipas –está en la mira de las autoridades tras el hallazgo de los 19 cuerpos de presuntos migrantes guatemaltecos asesinados y calcinados el 22 de enero de 2021 en el municipio de Camargo, Tamaulipas, enclave de Los Zetas, Cártel del Golfo y la organización del Noreste, las cuales están en pugna por el control territorial.

De acuerdo con los informes que dio a conocer la Fiscalía de Tamaulipas, los 19 migrantes guatemaltecos fueron asesinados a balazos. Sus cuerpos luego fueron calcinados. Así fue el terror provocado por el Cártel del Noreste. Otros hechos de violencia contra migrantes corrieron durante el Gobierno de Francisco Cabeza de Vaca, quien es investigado en México y Estados Unidos por sus nexos con el crimen organizado y el lavado de dinero.

Según las autoridades tamaulipecas, el hallazgo se dio la tarde del viernes 22 de enero luego de que la policía recibió una denuncia ciudadana que indicaba que cerca del poblado de Santa Anita había dos vehículos incendiados. En uno de ellos –una camioneta de carga –estaban amontonados los 19 cuerpos de los migrantes.

De las primeras pesquisas, las autoridades confirmaron que la muerte de los migrantes fue provocada por arma de fuego y después los criminales decidieron prenderles fuego con el fin de no dejar rastros. El caso, sin embargo, sigue impune igual que otras decenas de crímenes. Así, Tamaulipas sigue siendo un estado sin ley.

Hay otro dato: debido a que en el lugar donde fueron hallados los cuerpos no se encontraron los casquillos percutidos, las autoridades infieren que los migrantes fueron ejecutados en otro lugar y, posteriormente, los fueron a tirar a Camargo, donde los abandonaron abandonados. El Gobierno de Guatemala condenó los hechos y exigió castigo para los criminales. Pero hasta ahora nada ha ocurrido.

 La zona de Camargo, localizada en la llamada “Frontera Chica” se caracteriza por los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado. Ahí están afincados Los Zetas, miembros del Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste, que busca imponer su hegemonía en la región a base de sangre y fuego. Pero desde que arribó al poder Américo Villarreal ahora ese territorio también es disputado por el Cártel de Sinaloa, que se ha afincado en los estados gobernados por el partido Morena.

Historia del Cártel del Noreste

La historia de los hermanos Treviño es larga: Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, piezas del crimen organizado y quienes tuvieron una etapa de esplendor hasta el año 2014, tienen once hermanos más, aunque no todos están ligados al crimen.

Sus padres son Rodolfo Treviño y María Arcelia Morales. Los hermanos de Miguel Ángel y Omar son Juan Francisco –el temible “Kiko Osuna” –, Arcelia, Irma, Alicia, Rodolfo, María Guadalupe, José, Ana Isabel, Jesús, Alejandro, Cristina y Rodolfo.

Hace más de dos décadas comenzaron las sacudidas para la familia Treviño Morales, pues precisamente Juan Francisco –o “Kiko Osuna” –fue procesado en Estados Unidos por la posesión de mil kilos de marihuana que pretendía comercializar.

Su historial criminal se empezó a escribir desde muy joven. Era casi un adolescente cuando ya se había enganchado en el mundo del hampa. Sus actividades criminales las desarrolló en la frontera con Estados Unidos. En 1995 la agencia antidrogas estadunidense –DEA –lo incriminó por delincuencia organizada, tráfico de drogas y lavado de dinero. Una cauda de testigos protegidos declaró en su contra y tuvo que pagar por sus fechorías.

Tras el juicio el 1 de diciembre de 1995 “Kiko Osuna” fue condenado a 22 años de cárcel. Pero Los Treviño seguirían en el crimen organizado con la incursión de Miguel Ángel Treviño, “El Z-40” y a quien también se le conoce como “La Mona” y/o “El Muerto”.

El Z-40 comenzó en el mundo criminal desde los primeros peldaños. En el año 2000, por ejemplo, se dedicaba a la venta de droga a granel en la colonia Hidalgo de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Antes de esta actividad trabajó con personajes del narcotráfico que ya estaban consolidados, entre ellos, Arturo Saucedo Gamboa –“El Karis” –; Omar Lorméndez –“El Comandante Pita” – e Iván Vázquez Caballero, llamado “El Talibán”. Con estos hombres se fogueó y más tarde fue llamado por Osiel Cárdenas Guillén –entonces jefe del Cártel del Golfo –apodado “El Mata Amigos” –, donde el primer trabajo que le encomendaron fue lavar autos.

Pero sus habilidades pronto lo fueron colocando en posiciones más elevadas, pues con la ventaja de que habla inglés se convirtió en mensajero de Cárdenas Guillén, aunque al mismo tiempo operaba como sicario al servicio de Ezequiel Cárdenas, hermano de Osiel, abatido en 2010 durante un enfrentamiento con la Marina.

Existen datos que dan cuenta que cuando Osiel Cárdenas asumió la dirigencia del Cártel del Golfo y creó el grupo armado Los Zetas –sus primeros miembros eran militares que desertaron de las fuerzas armadas –Miguel Ángel Treviño se ganó la posición de ser el brazo derecho de Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca”, primer jefe de Los Zetas.

Al lado de Lazcano, Treviño Morales demostró que era sanguinario, que tenía “la sangre fría”, como buen matón y que podía ejecutar a cualquiera sin temor alguno. Eso le abrió las puertas y escaló alto en el escalafón criminal, ya que a Lazcano le atraía esa capacidad de Treviño para decapitar a sus enemigos, descuartizar cuerpos y someterlos al conocido “guisado”. Treviño también tenía habilidad para introducir cuerpos humanos en ácido o en tambos con aceite hirviendo, según declaraciones de varios testigos que lo conocieron.

La guerra

En el año 2003 –a la mitad del sexenio de Vicente Fox –Osiel Cárdenas fue detenido en Matamoros, Tamaulipas. La entonces Procuraduría General de la República (PGR) había montado un amplio operativo, con el apoyo del Ejército, para capturar al capo, quien había ido a visitar a su hija para festejar su cumpleaños. El menú consistiría en carne asada. En aquel tiempo el jefe antidrogas de la

PGR, José Luis Santiago Vasconcelos, le dijo a los agentes y soldados: “Donde huela a carne asada será el lugar de la fiesta”. Y así fue. Tras el convivio, que se prolongó toda la noche, los policías y militares entraron en acción.

Cuando Osiel ya estaba tras las rejas comenzó la guerra entre Los Zetas internamente y entre éstos y el Cártel del Golfo, la organización que los vio nacer, pues empezaron a disputarse el control de ambos grupos criminales, los territorios y el boyante negocio del tráfico de drogas.

La violencia de Los Zetas alcanzó niveles insospechados en 2010. Trataban de imponer su ley a sangre y fuego y, como muestra de su gran poder criminal, asesinaron a 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, quienes posteriormente fueron enterrados en fosas clandestinas. El escándalo por ese caso le dio la vuelta al mundo.

Así, Los Zetas dejaban de ser el brazo armado del Cártel del Golfo e incursionaban en el tráfico de drogas, las extorsiones y el cobro de piso a otras organizaciones criminales, pues ellos ya empezaban a tener el control absoluto de la frontera, una de las más importantes.

Durante el Gobierno de Felipe Calderón –el Presidente de la guerra fallida – centró sus baterías en desmantelar a Los Zetas y así apoyar al Cártel de Sinaloa, grupo con el que estaba relacionado su policía estelar: Genaro García Luna, preso actualmente en Nueva York y en espera de ser sentenciado. Esto derivó en una lucha fuerte por el poder dentro de esa organización que colocó a Miguel Ángel Treviño Morales en una posición privilegiada, tanto, que se convirtió en el líder hegemónico del grupo criminal.

El esplendor no le duró mucho: en 2013 su buena estrella se extinguió. Fue capturado en Nuevo León por elementos del Ejército. Sin embargo, este golpe no fue el final de Los Treviño: pronto emergió su hermano Omar Treviño Morales, quien resultó ser el heredero del imperio criminal que hasta la fecha manda en Tamaulipas y Nueva León.

Las autoridades mexicanas y la DEA coinciden en que desde que Omar Treviño tomó el mando de Los Zetas el grupo criminal se hizo más violento, pues sus miembros desafiaban a cuanta autoridad se les ponía enfrente, a grado tal que atacaron hasta representaciones diplomáticas de Estados Unidos asentadas en Tamaulipas. Esta violencia extrema atrajo los reflectores de las autoridades estadunidenses.

Omar se movía entre México y Estados Unidos. En este segundo país construyó un imperio con la compra de caballos de alto registro y las apuestas en las carreras de equinos, lo que le dejó cuantiosas ganancias. Estas actividades también las utilizaba para blanquear el dinero que obtenía por el tráfico de drogas. En México vivía en el municipio de San Pedro Garza García, el más próspero del país.

Tras su captura, sobrevinieron las pugnas dentro de Los Zetas. Los Treviño fueron señalados de traicionar a figuras emblemáticas de ese grupo criminal, como Heriberto Lazcano, por ejemplo.

Estas disputas provocaron que Los Treviño se separaran de Los Zetas y crearan el Cártel del Noreste. Este grupo criminal, producto de la ruptura, fue encabezado por Juan Francisco “Kiko” Treviño Chávez, sobrino de Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40. Estuvo al frente del cártel hasta septiembre de 2016, cuando la DEA lo detuvo en Houston, Texas.

Su relevo fue otro miembro de la dinastía Treviño Morales: Juan Gerardo Treviño, “El Huevo”, quien poco después también fue capturado por las autoridades.

Sin embargo, el Cártel del Noreste se mantiene en pie de lucha: tiene el control territorial en Tamaulipas y sus tentáculos llegan hasta la zona metropolitana de Monterrey, Nuevo León, donde está enfrentado con el Cártel de Jalisco, el segundo más poderoso de América Latina.

El florecimiento del Cártel del Noreste, de acuerdo con informes de la DEA, tiene que ver con el declive que sufrieron Los Zetas, lo que provocó su división y la pérdida de su poder. Algunos miembros de ese grupo están desperdigados en varios estados, particularmente en Veracruz, donde tuvieron amplio dominio desde el Gobierno de Fidel Herrera Beltrán y Javierr Duarte. Tras el triunfo

de Miguel Ángel Yunes, quien fue Gobernador durante dos años, el poder criminal recayó en el Cártel de Jalisco. Ahora Veracruz está dividido: una parte lo controla el cártel encabezado por Nemesio Oseguera y otra está a cargo del Cártel de Sinaloa.

Además, sus miembros operan con protección en Tamaulipas, la entidad que gobernó Francisco Cabeza de Vaca, quien está bajo investigación tanto en Estados Unidos como en México por haber recibido presuntamente dinero de Los Zetas para sus actividades políticas y su campaña para ser Gobernador.

Con el triunfo de Morena en Tamaulipas y de su candidato Américo Villarreal, el Cártel del Noreste reforzó su poderío. Al actual mandatario se le vinculó con este grupo, aunque él mismo luego lo negó; durante su campaña política se dijo que los miembros del Cártel del Noreste le financiaron su campaña a cambio de impunidad. Hasta ahora no existen investigaciones al respecto, pero el cártel, en efecto, se mantiene impune y poderoso.

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