Nuevo León

La economía simulada que vivimos, su eliminación es un reto para construir la 4T…

RAÚL A. RUBIO CANO

Octubre 30 de 2019

Ayer el periódico La Jornada (29/10/2019) en su editorial principal ofreció un documento para comprender dónde estamos como país y cuánto tenemos que hacer para sacar adelante eso que AMLO llama la 4T. No cabe duda que si el principal generador de divisas del país es el Narco, luego las remesas de los trabajadores migrantes allende El Bravo, después el turismo, la industria automotriz, petrolera, etcétera, una parte toral de la economía mexicana está sometida a la conformación de un capital derivado de un saqueo del salario del pueblo drogadicto de Norteamérica y a remesas que son parte del salario de los migrantes mexicanos en USA o Canadá, aunado ello, al saqueo de los asalariados en territorio nacional por capitales trasnacionales y a una oligarquía servil a ellos, por lo tanto, es natural que estemos viviendo en muchos aspectos una “Economía Simulada” (título del editorial de La Jornada) y por ello, dicho editorial nos informa que: “Según un documento del Fondo Monetario Internacional (FMI), alrededor de 90 por ciento de las empresas en nuestro país operan de manera informal, sobre todo en lo referido a sus políticas laborales, las cuales precarizan el empleo al no ofrecer protección completa a sus trabajadores. Por lo demás, en el texto, titulado Perspectivas económicas: Las Américas, se afirma que los costos de formalización y el esquema regulatorio están diseñados para favorecer la evasión. Las apreciaciones referidas deben ser complementadas con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), según las cuales alrededor de 57 por ciento de la planta laboral del país –más de 30 millones de personas– se encuentran en el sector informal, en el cual se genera cerca de 23 por ciento del producto interno bruto (PIB). Del conjunto de estas cifras resulta inevitable concluir que el conjunto de las mediciones económicas que se llevan a cabo en México tiene una distorsión de origen. Por ejemplo, buena parte de los trabajos situados en la informalidad no deberían ser considerados parte del empleo sino del subempleo, a fin de acercar los números oficiales a la realidad. Otra conclusión inevitable es que en buena parte de la economía hay un quiebre del estado de derecho en lo que respecta a las normativas laborales, fiscales, contables y mercantiles. Por otra parte, la desmesurada extensión de la informalidad hace impensable e inoperante el necesario rediseño de los sistemas de pensiones y de seguridad social, habida cuenta de que sin un puesto formal resulta extremadamente difícil localizar a los trabajadores, diseñarles modalidades de jubilación y vincularlos a centros de salud. Visto desde la perspectiva de la postergada reactivación de la economía, ha de señalarse que un sector informal tan abultado como el que existe en México representa un lastre que obstaculiza el fortalecimiento del mercado interno y también, por ende, al propósito oficial de construir un estado de bienestar o, al menos, echar sus cimientos en el curso del presente sexenio. Cierto es que la informalidad no se expandió en seis meses ni llegó a adquirir sus dimensiones actuales en menos de un año; por el contrario, es una de las consecuencias de la aplicación a rajatabla del modelo neoliberal, particularmente en sus aspectos de desregulación y supresión de derechos laborales. Es razonable suponer, por otra parte, que la irregularidad como condición natural de miles y miles de empresas favoreció la corrupción y el cohecho en muchas oficinas públicas”. Paliar este escenario para impulsar la 4T, amerita una férrea lucha contra la corrupción y la impunidad y un visón holístico de hombres y Naturaleza en ese equilibrio de factores entre Capital y Trabajo Asalariado, como Constitucionalmente se demanda, para construir una economía productiva y su respectivo mercado interno. Nos dejaron una economía ficción, hay que salir de ella ¡Órale! raurubio@gmail.com

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