Columnas‏

La sociedad digitalizada

Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

Septiembre 12 de 2019

La hiper-digitalización de las sociedades es un hecho que avanza con inmensa rapidez y poco se conoce sobre el impacto del modelo monopólico de las corporaciones digitales en las que participan una amplia gama de actores sociales.

Desde finales del siglo 20 las ciencias sociales realizan estudios etnográficos digitales, algo muy novedoso e innovador en la historia social porque con internet los humanos somos otros, se nos han impuestos nuevos modos y espacios de constitución de las relaciones sociales que se modifican continuamente, ahora son de otra especie, la tecnología las determina.

Esto pudiera parecer demasiado etéreo o fantasioso, pero el espacio digital va determinando los comportamientos de sus usuarios, pero, además, y esta es ya una verdad de perogrullo, la 4ª Revolución Industrial va ligada a la economía digital, van de la mano, la transformación digital en las empresas ha impulsado cambios organizacionales inusitados en el personal que las conforman a fin de culturalizarlos en el empleo.

Uno de los cambios laborales más importantes implica la formación de ambientes colaborativos en donde el personal adquiere conciencia de la interconexión de las actividades para alcanzar la innovación y la calidad en los objetivos de la empresa y el servicio, ese proceso proviene de la educación digital.

El arribo a la sociedad digital se inicia con la educación, la que deberá tener como prioridad desarrollar el pensamiento crítico, la creatividad, la inteligencia emocional, la capacidad de interrelacionarse, establecer consensos, flexibilidad, adaptabilidad y adquirir una formación holística. En México estamos en los albores de acceder en la educación pública a la ciber-educación, en la educación básica se concentra en las instituciones privadas, en las universidades existe de manera desigual en cuanto a recursos y regiones.  

Los especialistas en educación digital afirman que nuestro país enfrenta un enorme desafío para acceder a la inclusión en materia digital, de manera que el conjunto de la población pueda integrarse a este proceso de cambio superando el déficit de capital humano capacitado en está áreas.

En México la población con acceso a internet suma poco más de los 70 millones, el gobierno de la 4T ofreció la instalación de la red en todo el país, que ahora llega al 59.5 % de la población.         

Hay una situación manifiesta en las brechas digitales, una que llama mucho la atención es la inédita “brecha generacional” que consiste en que hoy los niños enseñan a los adultos a manejar aparatos, herramientas y programas informáticos ante esto es conveniente que los adultos docentes o en general los mayores comprendan que son necesarios la capacidad de análisis, ser flexibles y en constante actualización en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) por la velocidad de los cambios digitales.  

Otra brecha que va siendo superada es la económica, que consistía en la falta de recursos para acceder a las TIC, además está la brecha de desigualdad de género que se refiere a las diferencias entre hombres y mujeres; ONU Mujeres, señala que, en 2016, 51.5 por ciento de las mujeres del país tenían conexión a Internet, “inclusive por encima de los hombres cuya cifra estaba en el 48.5 por ciento. Sin embargo, la revolución de las tecnologías de información y comunicación aún no está transformando la vida de las mujeres”, qué significa esta interpretación, que la calidad de contenidos a los que acceden y del equipo que utilizan no son relevantes ni significan un espacio seguro para compartir y disentir en comunidad y en nuestro idioma, la falta de educación, entre otros, son obstáculos que impiden el avance digital de ellas.

Mostrar más
Back to top button