¡¡Aguas con los arácnidos!!
Horizonte ciudadano
Rosa Esther Beltrán Enríquez
Mayo 5 2016
Acertadamente, Vanguardia nos previene en contra de la psicosis por la presunta plaga de arañas violinistas que se supone visitan a Coahuila; ciertamente son visitantes indeseados, poco gratos, aunque, me parece que siempre han estado ahí y cumplen un tarea importante para el equilibrio del medio ambiente, perdón por la obviedad.
Los especialistas en biodiversidad y conservación del medio ambiente sostienen que algunos de los beneficios que los arácnidos nos proporcionan es su contribución a la regeneración de los bosques y además, dentro de la escala en la que se mueven, son eficaces depredadores de otros insectos que podrían convertirse en plagas peligrosas, aunque todos los animalitos debieran ser objeto de nuestro respeto y cuidado.
En esta entidad hay otras plagas contra las que sí debiéramos defendernos con arrojo, coraje, brío, con audacia y no lo hacemos. Aquí han cundido, epidemias, pestes, infecciones que corren y recorren nuestro territorio y contagian a una parte de nuestra sociedad sin que haya reacciones contundentes por parte de los afectados.
Sí, la corrupción pudre a la actividad política y ésa si es letal, mortífera porque paraliza el desarrollo, el avance de la sociedad y nos hunde en un retroceso sin freno, es más peligrosa que Trump, es el anticristo encarnado, y esta no es demagogia, no es populismo.
Vivimos en el siglo del despojo sistémico, podemos considerar que las políticas neoliberales fueron sólo el preámbulo de la depredación sistémica que nos arrastra al Medioevo, al capitalismo salvaje, desalmado y bárbaro cuyo fin es liquidar el exiguo bienestar social que aún queda.
En Coahuila esa epidemia se ha instalado con exuberancia, con prolijidad y magnificencia, la megadeuda es apenas la punta del iceberg; la peste de la corrupción se expande a los ayuntamientos, a pesar de lo poco que reciben presupuestalmente por las disminuciones que realiza el gobierno estatal, la pandemia llega a los 3 poderes, aunque no se quiera ver ni reconocer, hay muchas pruebas, ahí está la delincuencia institucionalizada.
Perseguir a periodistas de Vanguardia es un acto cobarde, como si ellos fueran delincuentes, cuando éstos andan sueltos en un estado que se dice blindado, qué será en los que no lo están.
Los periodistas son indispensables para la sociedad a fin de asegurar el acceso a la información a la que usted tiene derecho, sin ellos no se tiene la posibilidad de tomar decisiones informadas ni formas de actuar certeras, su ausencia provoca vacíos de información aunque quizá aún no hay conciencia social de ello y lo peor es que las instituciones creadas para proteger a periodistas no sirven.
Al poder político le incomodan los periodistas, sobre todo los que se deciden a ejercer la crítica documentada; la impunidad se exhibe con casi 5 años de acosos intermitentes, ataques y con el asesinato de uno de sus periodistas a Vanguardia.
Enterar a los ciudadanos de lo que hace el gobierno con nuestros impuestos, es la principal tarea de los medios de comunicación, hay algunos que abdican de ese fin sin importarles la falta de credibilidad.
Los arácnidos mortales que persiguen a los coahuilenses no son la violinista o las viudas negras, es una clase política sinvergüenza y amoral que hacen lo que conviene a sus intereses, ante una sociedad prácticamente embotada, sin sensibilidad moral, ciega ante los hechos que hacen daño a todos. Así seguiremos alimentando las crisis.
Posdata
JA, los patos tirándole a las escopetas, el expresidiario demandando, ja.