Columnas‏

El día de las niñas madres

 

Horizonte ciudadano 8 de mayo 2014

Horizonte ciudadano

 

Rosa Esther Beltrán Enríquez

 

 8 de mayo de 2014

 

Tus brazos siempre se abren cuando quiero un abrazo.

Tu corazón comprende cuando necesito de una amiga.

Tu fuerza y tu amor me guían y me dan alas para volar.

 

Leticia Coronado, una niña de 11 años, nativa de Piedras Negras, dio a luz a un bebé, ella cumplirá los 12 años el próximo mes de agosto y  aún no termina la primaria. El padre del bebé es Raúl Gerardo Sánchez Soto de quién se investiga si tiene 18 o 27 años y que al enterarse del embarazo de la niña Leticia, desapareció, por lo que, según la ley,  es prófugo de la justicia y fue demandado por violación.

 

El caso de la menor nigropetense es dramático pero, es uno entre miles ya que según informes de la ONU, (UNFPA, 2013), en México cada día 28 niñas entre 10 y 14 años en promedio dieron a luz durante 2012, nacimientos que representan el 2.6 por ciento de los más de 380 mil partos de menores de 20 años. Según ese informe, el 76 por ciento de las parturientas estaban casadas o unidas y cerca de 200  mueren como consecuencia de un embarazo temprano ó como resultado de un pobre acceso al ejercicio de sus derechos fundamentales de educación y salud.

 

Según las tasas de hospitalización por complicaciones de embarazo o aborto, el único grupo de edad en el que cada vez aumentan con mayor rapidez es en el de 10 a 14 años que en 2012 llegó a ser de 7 por ciento.

 

El riesgo de muerte materna en madres de más de 15 años en países de ingresos bajos y medios es dos veces mayor al de las mujeres mayores, y el grupo más joven también sufre tasas considerablemente más altas de fístulas obstétricas que las más grandes.  América Latina sigue siendo la única región donde los partos en niñas menores de 15 años han aumentado recientemente y  se prevé que sigan incrementándose  hasta el 2030 por lo menos.

 

Alrededor de 70.000 adolescentes en países subdesarrollados mueren por año por causas relacionadas con el embarazo y el parto, los cuales son unas de las principales causas de decesos de adolescentes mayores (UNFPA). Las adolescentes que quedan embarazadas tienden a ser de hogares de ingresos  bajos y a tener una nutrición deficiente.

 

Las niñas que permanecen en la escuela más tiempo son menos proclives a quedar embarazadas si en las escuelas hay estrategias para hacerlas conscientes de los riesgos de una vida sexual activa. La educación prepara a las niñas para el trabajo y la subsistencia, mejora su autoestima y su posición en el hogar y en la comunidad, y les permite influir más en las decisiones que afectan su vida.

 

También, la educación reduce la probabilidad de matrimonio infantil y retrasa la maternidad, por ello, de presentarse, los partos pueden ser más saludables. El abandono de la escuela, por embarazo u otro motivo, puede poner en peligro las perspectivas económicas de la niña y hasta excluirla de otras oportunidades en la vida, de ahí que las políticas públicas debieran orientarse a proteger básicamente a las niñas en sus derechos humanos a la salud, a la educación, a su seguridad e incrementar la información  adecuada a la edad, además de ofrecer servicios de salud para los y las adolescentes.

 

Además, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012, el conocimiento sobre los métodos anticonceptivos entre las y los adolescentes se ha incrementado de forma sostenida ya que el 90 por ciento reportó tener conocimiento de algún método, contra el 82 que en esa Encuesta en 2006 manifestaron conocerlos y el 69 en el  año 2000; además, una proporción mayor del porcentaje de adolescentes de 12 a 19 años de edad han iniciado su vida sexual  más temprano, dado que la cifra actual alcanza 23 por ciento, cuando en 2006 se reportó el 15 por ciento.

 

Las cifras revelan una situación que apremia de políticas pública que prevengan el embarazo de las niñas y  las ayuden a  que disfruten de sus  derechos humanos básicos.

 

 

Los festivales

 

El Gobierno del estado, en el Día de las Madres ofreció el concierto de Pandora en Saltillo y en Parras el de Lupita Dalesio. ¿Por qué la Secretaría de cultura minimiza a los artistas de Coahuila?; tenemos aquí abundante talento que podría combinarse con el de fama nacional; sopranos, tenores, cellistas, guitarritas, pero no se les tiene aprecio. El malinchismo cultural es  muy lamentable y reprobable.

 

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