Salud

Ebrard. PRD. Salud en el GDF: proceso incompleto

Gustavo Leal F*.

Respecto a Cárdenas y AMLO, Marcelo Ebrard se desplaza al centro político y enfrenta los retos de su red metropolitana con Ángel-Programa de atención médica y entrega de medicamentos gratuitos a domicilio.

Educadoras comunitarias y promotores de la salud recorrerían zonas de alta marginación detectando diabéticos, hipertensos, adultos mayores, discapacitados y mujeres embarazadas que requieren atención médica y medicinas, pero que por su estado de salud no pueden acudir al hospital o centro de salud para recibirlas. Posteriormente, médicos y enfermeras acudirían hasta su domicilio para brindarla y entregar los medicamentos.

Simultáneamente, 15 programas sociales tendidos por Ebrard y antecesores fueron reagrupados en la Red Ángel: apoyo económico a personas con discapacidad; Programa Ángel; becas escolares para niñas y niños en condición de vulnerabilidad social; desayunos escolares; educación garantizada; estímulos para el bachillerato universal “Prepa Sí”; mejoramiento barrial; mejoramiento de vivienda; niños talento; pensión alimentaria para adultos mayores; servicios médicos y medicamentos gratuitos; uniformes escolares gratuitos; útiles escolares gratuitos y vivienda en conjunto.

En 2011 una evaluación de la UNAM concluyó que el DF “cuenta con un modelo para garantizar derechos universales a la salud de la población sin seguridad social. En la operación de los programas se encontraron dificultades para el cálculo de la población potencial y objetivo, falta de información estadística relacionada con los programas y deficiencias en los indicadores de gestión y de resultados propuestos”.

Con Ebrard la separación de los cuantiosos recursos destinados a la Secretaría de Salud y a los Servicios de Salud Pública del DF –producto de la descentralización federal de 1997– siguió afectando la calidad de la atención médica.

A principios de 2008, Manuel Mondragón y Kalb, entonces secretario de Salud, presumió haber “corregido” el diseño de esa descentralización. En septiembre comunicó que Ebrard había considerado conveniente “unificar” –en la secretaría local a su cargo y bajo su responsabilidad- todos los servicios dependientes de la dirección general de salud pública, organismo público descentralizado de la Ssa federal, para que la secretaría tuviera la rectoría sectorial: “una sola cabeza, base operativa y cuadro de planeación integral”. En 2011, no estaban documentados los “avances” de esa “integración” (Gustavo Leal F., 2011, PRD. Salud en el GDF: un proceso incompleto, UAM-X).

Con Ebrard, la preponderancia del Seguro Popular era patente y fue integrado como capítulo XIII de la Ley de Salud del DF (17/9/09). La Federación estimaba transferirle al GDF durante 2011 un subsidio por 2 mil 799 millones de pesos, suma casi equivalente al presupuesto asignado –ese mismo año– a la Dirección de Servicios de Salud Pública del DF.

Sin embargo, la red sanitaria padecía penurias presupuestarias y fallas de cobertura. En 2009, Armando Ahued, segundo secretario de Salud de Ebrard, reconocía que: “la Secretaría arrastra un déficit –desde 2008– por 85 por ciento del gasto aprobado. La situación empeoró con la influenza A/H1NI. Entre los programas que enfrentan dificultades está Ángel. Pesan las nuevas disposiciones como interrupción legal del embarazo, protección a la salud de los no fumadores, voluntad anticipada y el Centro de Trasplantes”.

Un diagnóstico de la Comisión de Población y Desarrollo de ALDF, elaborado en 2011, señala que cuatro de cada 10 capitalinos carecían de acceso a la seguridad social. En dos delegaciones: Iztapalapa y Gustavo A. Madero, se concentraba cerca de 40 por ciento de la ciudadanía en condiciones de desamparo social. De los 8 millones 800 mil habitantes de la ciudad de México, 3 millones 700 mil carecían de IMSS, Issste, servicios sociales del GDF o algún otro sistema de protección. El universo descubierto alcanzaba 43 por ciento. Unas 900 mil personas en Iztapalapa y 500 mil en Gustavo A. Madero. El diagnóstico de la comisión concluía que “el derecho a la salud es un derecho social y su consagración constitucional se convierte en un enunciado retórico si el Estado no cuenta con los recursos suficientes para hacer frente a esta obligación”.

Incluso, Ahued, aseguró que la crisis incrementó hasta 30 por ciento la demanda, obligó a levantar tres hospitales y a ampliar los horarios de atención: “tenemos sobrecarga de trabajo. Mucha gente que antes recurría a los hospitales privados ahora, por los costos de la atención médica, acude al sector público. Y a pesar del esfuerzo de los médicos no se puede dar atención expedita. Solicité a la ALDF recursos adicionales (2011) por 5 mil 500 millones de pesos para mantener y desarrollar la infraestructura”.

A nadie sorprendió que Ebrard empezara a escuchar reclamos de los usuarios: “Queremos ser atendidos como personas, no como animales”.

En abril del 2010 Ebrard anunció la creación de una Red de Municipios Saludables, para “cambiar patrones de salud arraigados en la sociedad, desarrollar especificidades de acuerdo con características locales y hacer que el sistema de salud local sea más eficaz que el actual”. Inmediatamente, 16 jefes delegacionales suscribieron su integración.

Es claro que, después de 14 años en el poder y a pesar de sus mayorías parlamentarias, las administraciones perredistas no han puesto a punto el singular estatuto político del DF. En agosto de 2011, Ebrard solicitó al Senado “la aprobación de la Constitución de la ciudad de México con sus derechos plenos”. Su ausencia ha diferido la mejora en la salud y seguridad social de sus habitantes.

*Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimlico

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