Archivo 2006

Las chocheces de Carlos Fuentes

El nuevo vocero ilustrado de la derecha mexicana

 José Burciaga Alcázar

Octubre 25 del 2006

A falta de Paz, Fuentes parece decidido a suplirlo como vocero ilustrado de la derecha. A lo mejor en una de éstas, emulándolo se repite la historia y consigue también que le den el ansiado premio Nobel.

En el programa De Una a Tres, conducido por Jacobo Zabludovsky, Fuentes se hizo eco de la propaganda oficial post dictamen electoral, según la cual debemos conformarnos y acatar el fallo del Trife, argumentando una serie de barrabasadas, entre ellas al comparar las elecciones mexicanas ¡con las de Alemania! En donde también hubo un resultado competido y donde por supuesto el conflicto se dirimió por las vías institucionales. De tanto vivir en Europa, el señor ya perdió por completo la perspectiva de nuestra realidad.

Habría que preguntarse qué harían los alemanes si tuvieran instituciones tan “confiables” como el Felife y el Trifelife, si sería concebible ahí un proceso electoral plagado de irregularidades, para colmo convalidadas por el poder judicial. También como reaccionarían, si no estuvieran haciendo algo ya, si hubiera en Alemania las tremendas condiciones de desigualdad que tenemos nosotros, si los asalariados tuvieran que vivir con el equivalente del salario mínimo mexicano.

El debe saber muy bien que la burguesía europea no se caracteriza por la ostentación ni el derroche, que consideran de mal gusto, ni vive en guettos, ni parece solazarse o cuando menos acostumbrarse a convivir con grupos sociales en una pobreza insultante. Lo cual por lo demás no parece ser un obstáculo para que los empresarios alemanes apoyen monetariamente al candidato de la derecha mexicana, para que siga sosteniendo una situación de injusticia y desigualdad, pero provechosa para sus intereses. Al fin y al cabo la injusticia y la desigualdad las tienen a diez mil kilómetros de distancia. Pero parece que la de aquí se caracteriza por su ignorancia e insensibilidad social, aunque no llegue ni a pequeña-burguesía, pues parece que el convivir con la pobreza extrema le da el parámetro de una superioridad que mide en pesos.

Hace poco leí un libro de un autor francés en el que habla de un viaje que hizo de adolescente por el México de principios de los cincuentas, en plan de especie de aventura. Una de las cosas que más le impactó y que consigna en el libro fue la tremenda pobreza y desigualdad, cómo parecía pasar de un mundo a otro con sólo un corto viaje entre la Villa y las Lomas de Chapultepec. Y eso que venía de la Europa que acababa de salir de la guerra. El leer esto me dio vergüenza como mexicano, pero más me dio pensar que después de cincuenta años la situación sigue siendo la misma, o tal vez peor, y que todavía personas privilegiadas como Fuentes, que se supone inteligente e ilustrado, no tenga la menor sensibilidad para avergonzarse de esta situación, ni percibir que es lo que está en el fondo del movimiento por una verdadera democracia.

Seguramente cuando viene a México el trato más cercano que tenga con el pueblo sean los meseros de los restaurantes de lujo que supongo debe frecuentar, para sostener delicadas y sesudas conversaciones con amigos intelectuales y políticos, y me imagino que las cuentas deben ser tan abultadas que consideraría un insulto darle de propina a un mesero –trabajador privilegiado, según los dueños de restaurantes de lujo que se quejan del bloqueo -, el equivalente al salario mínimo.

¡Qué vida tan holgada la de los exquisitos intelectuales tercermundistas que no se comprometen con su país, no digamos ya de hecho, sino siquiera verbalmente!

Aunque haya quien lo descalifique por haber osado externar su opinión sobre el bloqueo, me parece que hay un mundo de diferencia con Monsiváis, a quien alguna vez me tocó verlo salir de un evento donde era para variar el centro de atención, para tomar la democrática pesera, y quien va a dedicar parte del premio Juan Rulfo para el museo del que es donador y promotor.

Pero volviendo a Fuentes, todavía fue más allá al decir que “la izquierda debía darse por bien servida con los logros alcanzados en estas elecciones”, lo cual me parece que ya raya en el insulto al pueblo que ha luchado y sufrido por la democracia. ¿Qué solvencia política y moral tiene este señor para decirle a la izquierda lo que debe hacer? ¿Ha sufrido la represión? ¿Se ha aguantado las inclemencias del tiempo en un plantón? ¿Qué contribuciones reales ha hecho a la democracia para que se arrogue el derecho de decir hasta donde debe llegar la izquierda? ¿Para ordenarle que se conforme con las migajas que tuvieron a bien concederle, al ser la segunda fuerza en el legislativo? Al fin y al cabo el PRIANAL ya está más que listo para malograr cualquier iniciativa de la izquierda que afecte los intereses de los grupos oligárquicos.

¿Qué puede entender de las lágrimas de indignación ante el fraude electoral de una anciana, con quien sólo comparte la edad, pero para quien una reducida y “populista” pensión es un asunto casi de sobrevivencia? No, señor Fuentes, siga disfrutando de su exquisito té de las cinco en Londres, y si no tiene nada que decir que apoye la lucha del pueblo mexicano, por favor no estorbe, ni se moleste en contestar llamadas del señor Zabludovsky, quien dijo que estábamos muy interesados en conocer su opinión sobre el fallo del Trife. Le aseguro que a los panistas no les interesa, pues hasta uno de sus libros vetaron, a menos que ahora le encuentren cualidades al sentirse apoyados por usted en su infamia, y yo creo que todos o la mayoría de los que simpatizamos o estamos comprometidos con la lucha por la verdadera democracia no tenemos el menor interés en oír sus chocheces…

Mostrar más
Back to top button