Archivo 2006

Ecolimpio; empresa de muerte

Protegida por autoridades envenena colonias populares; además, es bomba de tiempo

Juan Monrreal López

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Noviembre 15 2006

Arteaga, Coahuila.- Muertos, intoxicados, vecinos con llagas epiteliales, corrosión a la salud de niños, mujeres, ancianos; estallidos; incendios, desperdicios industriales venenosos amontonados a la intemperie , contaminación de los mantos freáticos e impunidad; son los elementos que definen a la empresa tratadora de desperdicios fabriles Ecolimpio S.A. de C.V. ubicada en Arteaga, municipio conurbano de Saltillo, la capital de Coahuila.

Clavada sobre una hectárea de terreno, enmedio de colonias populares, la firma se instaló allí desde el año 2001 con el apoyo del gobernador del momento, Enrique Martínez y Martínez.

Desde entonces, opera sin las mínimas normas de control, tanto así, que existen desde enero del 2004, denuncias fundadas contra sus actividades ante La Comisión para la Cooperación Ambiental para América del Norte con sede en Ontario, Canadá, sin que las autoridades actúen, a pesar de que existe una relatoría de hechos con pruebas decisivas de los daños causados a las personas y sus bienes.

Molestos, los vecinos aseguran que no se procede contra la compañía, porque es propiedad de Enrique Martínez Morales, hijo del ex ejecutivo estatal, y actualmente subsecretario de ingresos de la Secretaría de finazas del gobierno del estado, “por eso, las autoridades” los protegen, dicen los colonos.

Pero el asunto es peor. Señalan al presidente municipal Jesús Durán Flores, y al director de Prevención Social del estado Sergio Robles Garza, órgano de la Secretaría de seguridad pública (SSP), dirigida Fausto Destenave Kuri, como los nuevos guardianes de esta sociedad anónima. Así “con esas influencias, el gerente comercial, Javier Calderón Domínguez se burla de nosotros, de los sellos de clausura, de todo”.

La planta

En perfecto cuadrado, las instalaciones de Ecolimpio se encuentran guardadas por bardas de casi cuatro metros de altura, lo que no impide ver los montones de lodos industriales como si fueran légamos inertes.

Al lado, cúmulos de arenas silícicas que se usan para limpiar los aceites de los transformadores eléctricos, se secan al aire libre como si yacieran inocuas, cuando se sabe que son cancerígenas por la gran cantidad de askareles que contienen.

Amontonados sin ton ni son, cientos de toneles deteriorados se hacinan bajo una nave industrial donde 3 trabajadores mueven de un lado a otro los desperdicios.

Con montacargas, expuestos por no contar con equipo de seguridad adecuado, los obreros maniobran resignados los aceites, las sustancias tóxicas e irremediablemente inhalando los gases que despiden los residuos peligrosos.

La recicladora Ecolimpio no cuenta con confinamiento. En sí, el terreno de esta tratadora es arrendado, de manera que sólo es un patio de maniobras.

Dos fosas, sirven de concentradores de desperdicios sin las mínimas normas de control. Los aceites vertidos al piso irreparablemente contaminan, aire, suelo y mantos freáticos.

Una hilera de tanques enormes, guardan los restos de aguas y aceites sin tratar, que Ecolimpio retiene, buscando el momento propicio para deshacerse de ellos; tal como lo realiza con los lodos y arenas silícicas, que son sacados en camiones de volteo con las compuertas abiertas, según atestiguan los vecinos.

El lugar a donde van a parar estos deshechos es detectable. Las huellas trazadas por el reguero de estos fangos, desde las afueras de las instalaciones de Ecolimpio van a parar hasta los caminos vecinales de este municipio.

No es obvio decir que las leyes de la materia son violadas de manera flagrante. Lo infame; esta actividad es peligrosa para la comunidad, que ignora que sobre las veredas, terracerías, o carreteras, yacen desechos industriales temibles para la salud.

Ante esto, el director general Daniel Calvert Ramírez presume, – en los foros creados a ex profeso-, que los residuos de alto riesgo paran en Mina, Nuevo León, sin mostrar nunca las bitácoras de confinamiento.

Ecolimpio visto por Ecolimpio

Antes de instalarse enmedio de las colonias populares Buenos Aires, El Llano, 4 de Octubre, la empresa Ecolimpio, fue echada del asentamiento Real de Peña, por los continuos accidentes.

En esa zona Enrique Martínez y Martínez, tenía como hoy, intereses inmobiliarios, de manera que los reubicó en el municipio de Arteaga. Pero ya desde esas fechas, Ecolimpio no cumplía las legislaciones dictadas por las dependencias federales, SEMARNAT, PROFEPA, así como con las normas del estado de Coahuila.

Al no actuar con apego a la Ley, Ecolimpio, como muchas empresas sin ética, presume bondades que no tiene en su página Web. Un ejemplo; el uso de suelo donde se encuentra ubicada.

Para empezar los vecinos de las colonias aledañas no dieron su consentimiento para el establecimiento. Además el Plan regulador de crecimiento urbano prohíbe su instalación. El Plan veda la creación de este tipo de plantas de tratamiento en esta área. Peor en el caso de Ecolimpio. Sólo llega a un simple patio de maniobras de sustancias peligrosas.

Como se sabe, el asentimiento de los moradores es esencial para poder instalar este y otros giros empresariales. Los conciudadanos no han dado ese asenso, pese a las presiones de las autoridades municipales encabezadas por Jesús Durán Flores.

Con el uso de suelo vencido, Ecolimpio ha dicho que no se retira de la zona. Las autoridades le ofrecieron 5 hectáreas regaladas para que se instale en otro lugar. La compañía exige que se le obsequien un mínimo de 25 hectáreas, como si las Leyes de la materia fueran negociables, una especie de premio al encubrimiento.

Con música new age en la entrada de la página Web de Ecolimpio; paisajes de una primavera boreal en Alaska atiborrando la pantalla de las Pc`s. Este es en autenticidad un mundo muy alejado de la realidad de las instalaciones de Ecolimpio.

Presumen un supuesto ISO 14001 otorgado por el “el manejo integral de residuos peligrosos, apoyado por centro de tratamiento de residuos industriales”. Asegura que “presta servicios ambientales con normas internacionales con alta tecnología, ética e integridad”. Las condiciones dicen que esto, ni en sueños.

En principio, mentir no es ético, más cuando se cobra por reciclar residuos tóxicos. Tarea que no hace. Es más, ni planta de tratamiento de aguas tiene. ¿Cómo puede afirmar que trabaja con normas internacionales?

De manera que los aceites refrigerantes que recogen, junto a los lodos, más las arenas silícicas, solo pasan a formar parte del paisaje visible desde fuera del patio de maniobras ofertado como recicladora. Pero eso sí, aire, tierra, mantos freáticos, vecinos, todos padecen la polución envenenada desprendida de Ecolimpio.

En la misma página Web, Ecolimpio asegura que cuenta con 7 licencias de operación otorgadas por la Secretaría del medio ambiente y recursos naturales (SEMARNAT), 1 de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), 2 de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), 1 del Instituto Nacional de Ecología (INE), además de permisos para descargas residuales del Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Ramos Arizpe (SAPARA) y Ecología estatal; junto al permiso de uso de suelo de el municipio de Arteaga.

No es de extrañarse que se otorguen las licencias federales, muchas de las cuales se rematan al mejor postor, pero en cuanto a las descargas de aguas residuales de una empresa que dice reciclar tóxicos, será cuestión de indagar en SAPARA porque se permite esto de una sociedad anónima que no cuenta con las mínimas instalaciones de tratamiento tal como marcan las normas federales.

Por lo pronto, el uso de suelo, se encuentra vencido. Los vecinos aseguran que ellos no darán su venia, “pues cada día que pasa nuestros niños resultan con extrañas enfermedades”.

La diáspora de los asentamientos aledaños ya empezó, pero Ecolimpio apuesta a que los colonos abandonen sus propiedades para seguir operando sin ningún cuestionamiento, ya que “simplemente el de Prevención social del estado Sergio Robles Garza, nunca quiso clausurar la planta, aunque traía los sellos de cierre” en la última de los contingencias.

Así mientras las autoridades imponen las normas de operación para este tipo de negocios, los habitantes de las colonias Buenos Aires, 4 de Octubre, además del Llano, “ vivimos con el Jesús en la boca” recordando las explosiones, fugas de gas que están latentes en esta bomba de tiempo.

La Ley y las autoridades

Sin más aplicación que la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente, Ecolimpio debería estar clausurada ya. Pero las autoridades encargadas de aplicar la Ley, no ven, tampoco escuchan a los ciudadanos comunes.

La citada legislación asienta desde el principio un sinnúmero de violaciones a la protección del ambiente como al equilibrio ecológico, cometidas por Ecolimpio S.A. de C.V., pero otra vez el delegado panista de la SEMARNAT Ignacio Corona, no actúa, como tampoco lo ha hecho con otros caso graves de contaminación en el estado como el asunto Peñoles.

Habrá que esperar que en el Cabildo de Arteaga pesen más el interés ciudadanos que los de la firma; pero sobre todo, que Sergio Robles Garza, director de Prevención social del estado, dependiente de la SSP a cargo de Fausto Destenave Kuri, actúe de inmediato; si no quiere que los anales coahuilenses lo registren otra vez por negligencia, como ya ocurrió con el desastre de la inundación de Piedras Negras.

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