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Instituto Electoral de Coahuila, máquina descompuesta

 

Horizonte ciudadano

 

Rosa Esther Beltrán Enríquez

Junio 8 de 2017

 

 

Y nos dieron las 8 y las 9 y las 10 y las 11 y finalmente casi hasta el amanecer tuvimos resultados, si es que a esa vacilada se le puede llamar así, porque faltaba por contabilizar un porcentaje importante de casillas. La espera fue inútil, en un primer tiempo había un empate técnico entre Guillermo Anaya de la coalición encabezada por el PAN, con un 39.08 por ciento, producto del conteo rápido y Miguel Ángel Riquelme, el candidato del sistema de la Coalición por un Coahuila Seguro que obtuvo un 37.34 por ciento.

Mágicamente el PREP se detuvo faltando por contabilizar un 28 por ciento de las casillas, de manera que el conteo del IEC llegó sólo a un 71.91 del porcentaje de casillas, esa fue su gran falla ¿o parte de la estrategia? porque al día siguiente con toda la frescura o descaro, del mundo (usted califique), el señor Riquelme se proclamó ganador de la contienda con un 38.31 por ciento contra el 36.81 de Anaya.

Ante las deficiencias del IEC, aún durante las campañas fue acusado de parcialidad y falta de adhesión a los principios de legalidad, certeza, independencia, imparcialidad y objetividad principios, a los que debe apegarse sin excusa alguna.

Las irregularidades que presentó el proceso electoral no fueron mínimas, por el contrario, además de la falla del PREP, según lo señala la Ley el Ejército es quien debe resguardar las bodegas en las que se preservan los paquetes electorales y en lugar del Ejército se hizo cargo de la “vigilancia” Fuerza Coahuila y se supo que los paquetes fueron violados y manipulados en diversos municipios.

Ante la incertidumbre de los resultados y las presuntas ilegalidades que están a la vista, se conformó el Frente por la Dignidad de Coahuila, en el que confluyen 5 de los 7 candidatos a la gubernatura, el martes pasado convocaron a una marcha con la participación sin precedentes de miles de saltillenses y laguneros en Torreón para manifestar su indignación ante la falta de resultados creíbles y el reclamo de respeto al voto.

El presunto triunfo de quien representa la continuidad de un régimen gubernamental que ha abanderado la corrupción, el nepotismo, el endeudamiento impune, las empresas fantasmas, el enorme gasto en medios de comunicación para encubrir sus mentiras, es una ofensa al electorado coahuilense.

Un régimen que quebró el sistema de pensiones del magisterio y no lo investigó, un gobierno que descuenta a los burócratas de su sueldo para dar aportaciones al PRI, un régimen que ha dejado impune las masacres de Coahuila y no ha investigado las fosas clandestinas ni los cientos de coahuilenses desaparecidos, en cambio fue capaz de impulsar una elección de Estado gastando miles de millones de pesos en promover a un incondicional que será su tapadera, pero era el triunfo de su candidato o la cárcel.

El Frente por la Dignidad promoverá la demanda de nulidad de los comicios de gobernador, con ello enfrentará un proceso legal largo y tortuoso del que difícilmente podrá salir indemne.

Ayer el IEC proclamó ganador a Riquelme con un 2.5 por ciento de ventaja sobre Guillermo Anaya y el próximo jueves 11 le entregarán su constancia de mayoría, entonces los opositores podrán presentar la demanda de nulidad así como las causales, es de esperarse que el Tribunalito deseche la denuncia y en ese caso los inconformes deberán recurrir a la Sala Superior del Trife, cuya decisión es inapelable, de ambos tribunales se pone en duda su imparcialidad.

Somos testigos del fraude, se les cayó y calló el sistema, el retroceso de la democracia coahuilense es evidente.

 

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