Coahuila

Eduardo Olmos Castro, el alcalde de la muerte

Convirtió a Torreón en una ciudad más violenta que estados completos de la República

Juan Monrreal López

Septiembre 13 del 2011

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Torreón, Coahuila.- Desde que Eduardo Olmos Castro, agandalló el poder municipal hace 21 meses, Torreón, se encuentra convertido en el mayor campo de exterminio de Coahuila. Bajo su gobierno, el número de ejecutados se disparó en más del 300 por ciento. De 172 en 2009, a 362 en 2010, hasta alcanzar 484 ejecutados hasta el 12 de septiembre de este año.

Para llegar a la presidencia municipal, Eduardo Olmos, hizo de la seguridad pública, el punto central de propaganda envuelto en la campaña “Rescatemos Torreón”.

Sin embargo, desde el 1 de enero del 2010, ya con el poder, las masacres suceden una tras otra, sin aprehensión de culpables.

Primero, el Bar Ferrie. Luego, el Juana´s Vips. Después, Quinta Italia Inn. El más reciente; la aniquilación efectuada en el Centro de Recuperación de Alcohólicos y Drogadictos “La Victoria” A.C.

Adiestrado, mentiroso, cínico, siempre guarro, Olmos Castro, jugó con el temor de los ciudadanos para posicionar la idea-ilusión, que él y su gavilla política resolvería el asunto de la inseguridad.

Los resultados son de terror.

Mes tras mes, en este gobierno priista, se han recogido de las calles de la ciudad al menos 10 ejecutados, según la estadística de Demócrata Norte de México, hemerotecas regionales y números que reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ( SESNSP).

Así, los ofrecimientos que Eduardo Olmos hizo cuando aún era secretario de Desarrollo Regional de La Laguna (SDRL) – seguridad pública, empleos-, siguen pendientes, contrario a los giros negros de la delincuencia organizada y común que siguen incrementándose.

Es cierto que en el renglón de seguridad pública, la presidencia del panista José Ángel Pérez Hernández, fue fracaso consumado, ahora, la gestión de Olmos Castro es auténtico fiasco.

Torreón, vorágine de muerte bajo Eduardo Olmos

El 13 de diciembre del 2010, Eduardo Olmos, rindió su primer informe de gobierno ante un grupo escogido de políticos, empresarios y periodistas a modo que encerró en el Teatro Isauro Martínez.

Con 362 ejecutados en su primer año de gobierno, los asesinados no merecieron una sola línea de la lectura de Olmos Castro, pese a que en enero, mayo y julio, se ejecutaron masivamente a torreonenses en bares y fiestas privadas.

El 31 de enero, en una noche de orgía sangrienta, comandos de hombres armados se dedicaron a ultimar por toda la ciudad

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Primero balearon a los clientes del Bar Ferrie. Luego el Ay´Nanita. Después el bar El Limbo, para después seguir rafagueando en distintas arterias del ayuntamiento.

El 15 de mayo, otro grupo armado, masacró al interior del Bar Juana´s Vip, dejando cuando menos 8 muertos y 18 heridos.

El 18 de julio, en la Quinta Italia Inn, sicarios acabaron con la vida de 18 personas,-muchos de ellos alumnos y catedráticos de la Universidad del Valle de México-, y más de 17 heridos.

Con un crecimiento en más del 110 por ciento en el número de inmolados entre 2009 y el 2010, Eduardo Olmos Castro, no tuvo en quien vaciar el fracaso de las promesas de campaña.

Lejos de enfrentar la situación, optó por no mencionar a las 362 víctimas de su primer año sentado en la más grande de Torreón, pese a que el resumen gubernamental impreso, tiene en portada un grupo de robocops policiales, presumiendo seguridad pública que no existe.

Tampoco habló del chasco que fue el Modelo Coahuila, del fracaso de los generales y militares que incorporó a la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPMT), de donde Carlos Bibiano Villa Castillo, salió huyendo con 450 muertos a cuestas, luego de confesar en distintos encuentros con la COPARMEX Laguna, haber asesinado sin juicio alguno.

Con Lalo Olmos, todo Torreón es panteón

Durante 4 años, lento pero constante, el ex alcalde panista José Ángel Pérez Hernández, dejó crecer los índices de inseguridad, los registros del miedo.

Con esa base, más engaños, dinero sucio, recursos públicos, Olmos se apoderó de la presidencia municipal. No tuvo resistencia alguna desde la alcaldía.

El panista José Ángel Pérez Hernández,- que ahora quiere ser senador-, se hundía navegando en la Web. En el chat. Tales eran sus actividades principales en las oficinas del gobierno de la ciudad.

Mientras tanto, la vida cotidiana de los ciudadanos “hacía agua” en materia de seguridad, robos, secuestros, extorsiones, entre otros renglones en que José Ángel Pérez, le quedó a deber a Torreón.

Para este año 2011, la ola de criminalidad,- ejecuciones, secuestros, extorsión, hurto a casas habitación, robo de vehículos -, se exacerbó.
Según las cifras compiladas por Demócrata Norte de México, con apoyo en el SESNSP, hasta el 12 de septiembre 2011, el número de asesinados llegó a 484.

También, en este lapso, la ciudad se volvió punto sanguinario de las actividades ilícitas de bandas delincuenciales

Tan fieros son los enfrentamientos que en tan sólo 8 meses y 12 días, ya se cometieron más crímenes que en todo el 2010, año en que se consumó un asesinato por día en promedio.

Ahora, todo parece indicar que en este 2011, la violencia arrojará más de 700 ejecutados, pues hasta ahora, la media de sacrificados avanza con tasa diaria de 1.84, cuando han transcurrido 252 días del año.

Peor.

Los operativos de seguridad se han convertido en instrumentos de propaganda, como el llamado Sellamiento del Nazas y el efectuado en el Territorio Santos Modelo (TSM) el sábado 10 de septiembre, mientras el resto de la ciudad permanece sin vigilancia.

Torreón, más violento que estados completos

Con 21 meses en el poder municipal, Eduardo Olmos Castro, ya enterró a Torreón. Sobre su gestión caen hasta el 12 de septiembre de este año, 484 ejecutados, en una espiral de asesinatos que crece muy por encima de la media nacional.

Tan sólo en el año 2010 el incremento de homicidios a nivel nacional tuvo incrementos del 23 por ciento con respecto al año 2009.

En contraparte, en Torreón, la tasa de asesinatos aumentó en 110 por ciento, al pasar de 172 asesinados en 2009 a 362 crímenes en el 2010.
Así mientras la tasa nacional fue de 22 homicidios por cada 100 mil habitantes, en este municipio el promedio de asesinatos se elevó a 55. 7 por 100 mil habitantes; más del doble que la media nacional.

Pero eso no es todo.

Bajo el mandato de Eduardo Olmos Castro, Torreón se tornó más violento que estados completos.

De acuerdo al comunicado 287/11 del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) emitido el pasado 28 de julio, en esta ciudad se cometieron más asesinatos durante el 2010, que en los estados de Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Colima, Chiapas, Hidalgo, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.

Incluso la cifra promedio de 55.7 asesinatos por cada 100 mil habitantes arrojada en Torreón, representa el 300 por ciento más que la media de Coahuila, puesto que la entidad proyectó 18 personas ultimadas por cada 100 mil habitantes, según registran los números del INEGI

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Eduardo Olmos, alcalde mísero

Días después de la masacre en la Quinta Italia Inn, Humberto Moreira Valdés declaró que el gobierno del estado había consignado una partida especial de dinero para el apoyo a las víctimas y familiares. Los soportes en especie, en dinero, nunca fueron entregados a nadie.

Olga Oralia Márquez Ordaz, secretaria particular de Eduardo Olmos Castro, sólo engañaron a las personas que acudieron a la presidencia municipal a solicitar ayuda, hasta que desistieron por hartazgo de no ser atendidas.

No debería de extrañar de un alcalde que rehúye a los problemas del municipio, que vive acuartelado en oficinas y autos blindados.

Por ello, entre otras bajezas, desde que Eduardo Olmos Castro llegó a la presidencia, la ciudad se convirtió en el centro de crímenes más grande de Coahuila, de la misma manera en magno punto negro de la entidad en el rubro de operaciones ilícitas,
Así, el municipio concentra,- aparte de la cifra de ejecutados -, el número más alto de robo de autos, hurto de coches con violencia, asalto a comercios, sustracción a casas habitación.

Lo peor; los jóvenes siguen esperando los empleos prometidos por Olmos Castro, en el demagógico e ilusorio proyecto, “Rescatemos Torreón”.

En cambio, el ahora alcalde los volvió carne de cañón de las bandas delincuenciales como lo revelan las estadísticas del año 2010 de la Fiscalía de Coahuila.

Más de la mitad de los ejecutados son menores de 29 años. 38 eran menores de 20 años, e incluso se observaron entre las víctimas, jóvenes de 13, 14 y 15 años.

Por lo pronto el 2011, ya rebasó en número los asesinados durante el año 2010. Hasta el 12 de septiembre ya suman 484 ejecutados.

En el mes de enero hubo 37 homicidios.

Febrero registró 44 asesinatos.

Marzo acumuló 26 ejecutados.

Abril repuntó hasta 40 crímenes.

En mayo, las muertes violentas llegaron a 53.

Luego en junio, se convirtió hasta hoy, en el mes más violento del 2011. En tan sólo 30 días, 85 personas fueron masacradas, casi 3 diarias.
Julio se convirtió hasta hoy, en el segundo mes más violento en lo que va del año; asesinaron a 73 personas.

Para agosto, la ola de violencia desatada por la delincuencia organizada arrasó a 47 personas.

Ahora en tan sólo 12 días de septiembre, los asesinados ya suman 47.

Aun así, Eduardo Olmos Castro, permanece autista; persistiendo en la vieja cantaleta de que el gobierno federal no apoya de manera suficiente, cuando en 2009 prometía resolver el problema de inseguridad y el empleo mediante su galimatías “Rescatemos Torreón”.

Por el momento, Olmos Castro se encuentra seguro en su puesto; alejado de los rumores que lo ubican fuera de la presidencia.

Lo cierto es que Eduardo Olmos, es el peor presidente en la historia de la ciudad. Sin duda alguna, es el alcalde de la muerte. Allí están las estadísticas, allí está la Constitución General de la República que lo obliga a brindar seguridad a cada uno de los ciudadanos de Torreón.

twitter@jmonrreall

jmonrreall@yahoo.com

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