Archivo 2006

Pifia tras pifia, no sabe que hacer con el gobierno

Ismael Hernández, remociones de gabinete sin ton ni son. Rocío Rebollo, nueva subsecretaria de gobierno en la Laguna

 Juan Monrreal López

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Junio 2 de 2006

Gómez Palacio, Durango.- Con lenguaje al viejo estilo jilgueril, cantinflesco, Ricardo López Pescador, secretario de gobierno de Durango, removió como subsecretario de esa dependencia en la Laguna a Felipe del Rivero Ibarra, quien se había desempeñado en ese puesto por veinte meses.

La encomienda fue delegada a la exsíndica de Gómez Palacio, María del Rocío Rebollo Mendoza, una funcionaria sin experiencia en la negociación política.
La nueva subsecretaria de gobierno, no tiene curricula que avale el desempeño de ese espacio público.
Rebollo Mendoza, apareció en el régimen gubernamental ligada al grupo del exalcalde de Torreón, Coahuila, Salvador Jalife Cervantes, administrador sustituto del presidente municipal defenestrado Mariano López Mercado.
Posteriormente, Rebollo Mendoza fungió como directora de relaciones públicas de la Secretaria de obras públicas de Coahuila, bajo el mando de Jorge Viesca Martínez, hoy a punto de entrar a un proceso de investigación por parte de la Procuraduría de justicia de Coahuila.
De allí, Rocío Rebollo desapareció.
Hija del exalcalde gómezpalatino, José Rebollo Acosta, -finalmente es parte de las familias que han dominado la ciudad-, no le fue difícil ligarse al proyecto de planilla encabezada por el hoy alcalde Octaviano Rendón Arce.
Fue ubicada como síndica municipal. Este fue un primer pago de Ismael Hernández Deras, a los Rebollo. Ellos lo favorecieron desde el comité de financiamiento de campaña a gobernador, presidido por el hermano de Rocío, Ricardo Rebollo Mendoza, exsecretario de desarrollo económico del estado y hoy candidato a senador suplente.
Montada en la sindicatura, Rocío Rebollo, presidió la Comisión de hacienda del municipio.
Allí, pese a las reiteradas denuncias de mal manejo presupuestal, sobreendeudamiento municipal, obras sin licitación, encubrimiento de proveedores, -parientes de los funcionarios de primer nivel, entre ellos, ella misma-, jamás alzó la voz para que la gestión que encabeza Octaviano Rendón, se ajustara a lo que marca la Ley de la administración pública.
La remoción de Felipe del Rivero Ibarra, estuvo anunciada. Priístas confiaron que Ismael Hernández le había perdido la confianza por haberse acercado demasiado al PAN.
El ejecutivo declaró que vendría ese cambio. Palabras más, palabras menos, dijo una semana antes de la destitución de del Rivero, “nombraré una mujer en un puesto importante de mi administración”.

Proveedora y parte

En Gómez Palacio, casi todo mundo sabe que Madererías Alianza, son uno de tantos patrimonios que heredaron los Rebollo Mendoza.
El asunto es que Rocío Rebollo, siendo funcionaria de la administración municipal, esa empresa fue y sigue siendo, la principal proveedora de cemento, madera, así como otros materiales de construcción.
Esto la Ley de responsabilidades de los servidores públicos lo prohíbe.
Estimaciones del presidente del Colegio regional de abogados de la Comarca Lagunera, Alberto Montes Rodríguez exponen que Madererías Alianza venden al municipio cuando menos 232 mil 446 pesos, cada mes.
Ahora con poder, más cerca de Ismael Hernández Deras, Rebollo Mendoza, recibe el apoyo cínico del alcalde Octaviano Rendón, – cuyos hermanos, yernos, hermanos son surtidores del ayuntamiento-, quien acaba de declarar que él no sabe que exista una ley que prohíba a los funcionarios ser suministradores del ayuntamiento. Habrá que ponerlo a estudiar las leyes de la administración pública, que por cierto, en esta ciudad no cuentan.
El nombramiento de María del Rocío Rebollo Mendoza, no obedece a un relevo institucional que busque la eficiencia del gobierno estatal en la Laguna; es un pago al clan Rebollo, que aportaron y colectaron dinero para la campaña de Ismael Hernández. La importancia del gobierno puede esperar. Pero las consecuencias de instalar a una persona sin oficio político en esta subsecretaría, ya las veremos. Nada halagüeño se prevé.

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