Pilotos de jeep, cuatrimotos, y motos, destruyen Parque Nacional Cumbres de Monterrey

RAÚL A. RUBIO CANO

Mayo 23 de 2017

Uno de los grandes atentados que está sufriendo el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, la gran fábrica de agua de nuestra ciudad metropolitana, es la presencia de vehículos de 4×4, cuatrimotos y motocicletas, sobre todo los fines de semana. Estudios en la Unión Americana y ambientalistas locales, han puesto en evidencia la barbarie y grado de destrucción con que han venido impactando a la naturaleza las personas que operan ese tipo de vehículos  y hasta clubes que los aglutinan; porque no sólo es la contaminación que generan  por la quema de combustibles, sino la destrucción de suelos y vegetación por su rodada de todo terreno, la contaminación de ríos y arroyos, tira de basura, ruido y hasta accidentes diversos por su manera irresponsable de conducir en montaña. Una realidad que se incrementa en número de vehículos, año por año; basta sólo reconocer que el área metropolitana de Monterrey, concentra el mayor número de vehículos 4×4 de toda América Latina, lo cual es ya un verdadero atentado en el corto, mediano y largo plazo, para la salvaguarda y reproducción de los ecosistemas que integran dicho parque nacional, fuente principal del agua que todos tomamos y moderación del clima. Mientras que en Estados Unidos o Canadá o inclusive, algunas experiencias en el país, los parques nacionales reciben buenos recursos económicos por quienes los visitan, en el caso de nuestra fábrica de agua, no hay cuota alguna para asistir a destruirlo, semana con semana. Más grave aún, que el gobierno Bronco, ande queriendo abrir camino por uno de los principales escurrimientos del agua del río Santa Catarina, desde la presa Rompepicos a Ciénega de González y en donde, sin mayores cuestionamientos hasta los alcaldes de los municipios de Santiago y Santa Catarina, han aplaudido tal ecocidio que permitiría mayor incremento de visitantes y vehículos a ese parque nacional. El caso es grave y demanda mayor atención de particulares y autoridades, ya que se atenta con ese tipo de vehículos y uso anárquico de Cumbres de Monterrey, a no sólo destruir uno de los más grandes parques nacionales, sino también afectar a un parque considerado dentro de la biosfera planetaria por la ONU, para lo cual, esa barbarie ya da pie para demandar a sus responsables y llevarlos a juicios en tribunales no sólo nacionales, sino también internacionales. No es posible que la diversión mezquina de unos cuantos y el manejo irresponsable de los dineros del pueblo por el gobierno Bronco, afecten los ecosistemas de esa fábrica de agua y, por lo tanto, el abasto acuífero para cuatro millones de habitantes y demás servicios ambientales e implicaciones planetarias ¡Órale! PD. Nos informan que Juventino Villarreal Baco regresó a la trinchera, a prestar servicios privados de solución pacífica de conflicto, previo, durante y después de los litigios. raurubio@gmail.com