“Estrategia para La Calidad del Aire en Nuevo León” política ficción del gobierno Bronco…

RAÚL A. RUBIO CANO

Mayo 3 de 2017

Ahora resulta que la contaminación del aire en nuestra metrópoli es “democrática” porque le llega a pobres y a ricos, según Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Nuevo León para la planeación estratégica, el organismo que representa a los principales grupos económicos de la entidad y que desde el gobierno de Rodrigo Medina se les ha cedido “los trastos” para que se encarguen de hacer lo que les venga a favor de sus intereses económicos; en pocas palabras, el aparato del Estado en manos del poder empresarial local y trasnacional ¡Madre de Dios! Así las cosas, el cuestionamiento es ¿Cómo es posible que se hable de “democracia”, a una fatalidad –como la contaminación- que ellos mismos han cultivado con sus masivas acciones extractivas por siglos sobre las riquezas naturales y la vida de los nuevoleoneses? Resulta que ahora todos somos copartícipes de la contaminación del ambiente, misma de ser entendida y atacada a fondo por gente (como son los funcionarios del Gobierno Bronco y empresarios voraces) que para empezar, no aplican la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental, una Ley que proviene de los Acuerdos 20-30 sobre como atacar el Cambio Climático, encuadre legal conformado internacionalmente en reuniones de París y Nueva York y donde el presidente Enrique Peña Nieto, los suscribió y que hay que partir de ahí para cualquier estrategia de solución medioambiental. La contaminación es un problema estructural de salud, primeramente, ubicada en un territorio determinado y, obviamente toda planeación para atacar el mal, tiene que estar de acuerdo con el marco referencial jurídico recién aprobado de la Ley General de asentamientos humanos, ordenamiento territorial y desarrollo urbano. Toda una realidad conceptual conformada primeramente en acuerdos internacionales que definen en sí el perfil y el quehacer de lucha ambiental nacional y local, pero que, por lo visto, en la “Estrategia para la Calidad del Aire en Nuevo León” que planteó el gobierno Bronco y el Consejo Nuevo León, ayer, para nada se habló de ello. Pareciera que esta acción, de sumar fuerzas entre Gobierno y Sociedad Civil, sólo fue una función de “política ficción” con profundo sabor a querer aparentar consenso y con el mezquino interés de bajar fondos internacionales para atacar un problema que sigue sin ser entendido científicamente por esa burocracia bronca y voraces empresarios, que sólo ven esta lacerante realidad que afecta a todos, como un gran negocio y vía abierta para continuar las acciones depredadoras sobre hombres y naturaleza en Nuevo León. Ya iremos hablando de todo ello ¡Órale! raurubio@gmail.com