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Héctor Astudillo Flores, gobernador de Guerrero, perdona tropelías y corruptelas

 

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David Herrera Torres, director del Hospital de Ometepec, con permiso para “robar”

 

Juan Monrreal López

Noviembre 28 de 2016

 

Ometepec, Guerrero. – Héctor Astudillo Flores llegó al gobierno del estado de Guerrero decidido a perdonar todas las tropelías, los inmensos fraudes, desfalcos y corruptelas que su antecesor, Ángel Heladio Aguirre Rivero, apodado “El Layo”, cometió a lo largo y ancho del estado en su fatal período como gobernador. Son amigos, son de la misma especie y sangre del mismo tipo corre por sus venas.

Al cumplir un año como gobernador, Astudillo Flores nada tuvo que presumir frente a la ciudadanía, al contrario, la entidad cada día se deteriora más a causa del avance del crimen organizado, que, en sus diversos ámbitos, permea todas las instituciones y las descompone. No hay recursos económicos suficientes que alcancen para cubrir una abultada nómina y en el sector salud se ve reflejado el descontrol, no hay medicinas, insumos, nada.

Y es que Astudillo Flores, al igual que el Layo, colocó en los miles de puestos de control del estado a sus amigos, sin importar los antecedentes de estos o su capacidad para dirigir las instituciones. Aunque no es la generalidad, la mayoría ven en sus nombramientos el sexenio de Hidalgo para su propio beneficio y el de sus bolsillos.

Un caso emblemático es el de David Eduardo Herrera Torres, director general del Hospital General “Amigo del Niño y de la Madre”, de Ometepec, Guerrero. Con negro historial, pero amigo de funcionarios y proveedor de recursos a campañas políticas -delitos que aún no han sido investigados por la Fepade-, Herrera Torres llegó al Hospital de Ometepec a hartarse a manos llenas de dinero proveniente de la federación y del estado.

Astudillo Flores le otorgó el nombramiento de director general del hospital mediante un oficio elaborado el 16 de febrero de 2016 en base a sus facultades como gobernador, “Debiendo desempeñar dicho cargo con sujeción a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de la Constitución del Estado de Guerrero, a las Leyes, Reglamentos que de ellas emanan, así como a los programas, normas, éticas y políticas que he establecido”, le dijo el gobernador con la testimonial de Florencio Salazar Adame, su  secretario de Gobierno.

Pero Herrera Torres entendió el nombramiento como un permiso para robar y sin apego a programas, normas, políticas y mucho menos ética, llegó al hospital con la mira puesta en beneficiar solo su bolsillo y el de su esposa. En efecto, contrató una bola de vivales que a su servicio, pero con cargo al erario estatal, se dedicaron a surtir su clínica privada, la “Santo Niño de Atocha”, con pacientes del hospital, y a diestra y siniestra comenzó a sacar “radiografías y ultrasonidos”, que después, fueron facturados a sobreprecio, dañando con esto severamente la economía del estado, sí, sin convenio, sin licitación, sin nada.

Incluso hay quienes sostienen que Herrera Torres carece de Licencia Sanitaria para operar con rayos-x, y que ni siquiera tiene documento oficial que lo avale como ultrasonografista plenamente capacitado. Y por si fuera poco, Herrera Torres se coludió con una empresa privada para introducir de forma ilegal en el hospital un tomógrafo, poniendo en alto riesgo la salud de trabajadores y derechohabientes. Luego de las primeras publicaciones de este medio evidenciando las corruptelas del director, este negó ante algunos de sus empleados e incondicionales que tuviera interés en el funcionamiento del equipo. “Es de la Secretaría”, les dijo.

Sin embargo, de acuerdo a información pública que solicitó este medio a la Secretaría de Salud del estado, algunos funcionarios ni siquiera estaban enterados de que Herrera Torres hubiera permitido la instalación del tomógrafo en el hospital. En efecto, el 4 de octubre último, mediante el oficio SSA/SAF/SRM-DCP/319/2016, el CP Mario Cabanillas Segura, jefe de Control Patrimonial de la Secretaría de Salud, informó al contador Christian Garibay Galeana, subdirector de Recursos Materiales, que el equipo de tomografía “no es propiedad de esta dependencia”, es decir de la Secretaría de Salud del estado.

Antes, el 30 de septiembre de 2016, mediante el oficio SSA/SAF/SRM/DA/1161/2016, el mismo Christian Garibay señaló al contador Juan Manuel Santamaría Ramírez, subsecretario de Administración y Finanzas, que el tomógrafo, “se encuentra en proceso de solicitud de comodato por parte de la unidad médica”.

Demócrata Norte de México solicitó a la Secretaría de Salud de Guerrero información pública relacionada al Hospital General de Ometepec, se pidieron copias de los pagos a proveedores y gastos del hospital, pero de Herrera Torres no se obtuvo absolutamente nada, negó la información arriesgándose a ser sancionado por las leyes que rigen la materia.

El 10 de octubre último, mediante el oficio SSA/HGO/307/2016, David Eduardo Herrera Torres le dice directamente a Carlos de la Peña Pintos, secretario de Salud de Guerrero, “no se han liberado ningún pago desde enero hasta la fecha del presente, esto debido a que no se han firmado los convenios respectivos de cada uno de los proveedores, por lo que todos los pagos están pendientes de liberarse. Cabe mencionar que se giró un oficio solicitando la elaboración de los convenios”.

La oscuridad y el ostracismo son la forma de operar de Herrera Torres, como en el caso de la negación a entregar información que debe ser del dominio público, en el caso del tomógrafo primero, de forma amañada, enceguecido por turbios intereses, en el completo sigilo acordó la llegada del tomógrafo al hospital, después, se involucró en una solicitud de “comodato”, es decir, todo al revés, en franca violación de leyes, reglamentos y disposiciones legales.

jmonrreall@yahoo.com

Twitter@jmonrreall

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