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Lo mejor y lo peor para México y Coahuila en 2014

Rubén Moreira lo mejor y

Horizonte ciudadano

Rosa Esther Beltrán Enríquez

Escribo, pero con el desánimo a cuestas, ¿Cómo eludir los festejos, los brindis, los intercambios de regalos, los abrazos con los buenos deseos para 2015 cuando llevas en el corazón la pesadumbre ante una realidad declinante y de duelo nacional en la que no se avizora una sobrevivencia digna, más humanitaria, una convivencia colectiva que encauce con certeza hacia la paz?

Alguien se pregunta, qué ha sido de los 43 normalistas, por qué el gobierno de Peña Nieto, después de 3 meses no da la cara para declarar que es incapaz de ofrecer seguridad a la ciudanía a la que juró proteger. ¿Puede esperarse un feliz año 2015 cuando desde el gobierno federal y estatal son incapaces de decirnos en dónde está mi hermano, mi hijo, mi padre? Ayotzinapa fue la gota que derramó el vaso, fue el despertador de la conciencia ciudadana.

Tú, nosotros tenemos el privilegio de disfrutar de la cena de año nuevo mientras miles de compatriotas buscan a sus desaparecidos, esa es la violencia institucional impuesta que ignora que el “feliz año nuevo” pasa por una situación de privilegio de la que decenas de millones son excluidos por los asesinatos, los secuestros, las desapariciones, pero calla, no lo menciones porque ahora es obligatorio mostrar que eres feliz y sumarte a la reciprocidad en los buenos deseos, aunque en tu interior mantengas la duda sobre la posibilidad de perder tu empleo o de  poder mantener a tus hijos en ese “buen” colegio, porque la escuela pública no da para más, la duda de que mañana pudieras ser tú o yo a quien secuestren o desaparezcan.

Puede sonar irreverente, pero estas fiestas son una oportunidad de las autoridades para determinar una estrategia política que cohesione los sentimientos de la población dejando de lado el dolor de los que buscan a sus desaparecidos o a sus secuestrados.

Es deseable que, la sociedad civil pase de las marchas a las propuestas consensuadas, que aumente la resistencia civil pacífica no violenta, es necesario que el nivel de conciencia aumente para que haya unidad y surjan nuevos liderazgos porque el gobierno no da muestras de que  tenga intenciones de cambiar sus políticas públicas, carece de elementos éticos y humanos para hacerlo.

La responsabilidad del gobierno es enorme, la crisis que vivimos que no se limita a lo político, podría arrastrar al país una crisis económica similar a la de 1994, cuando el peso se devaluó frente al dólar el 15%  y PIB cayó un 5.8% tan sólo en el primer semestre de 1995.

En Coahuila, el blindaje que Rubén Moreira presume se le ha derrumbado a golpe de asaltos a negocios, fosas clandestinas en Zapalinamé, crímenes, balaceras, además de la desinformación con la que intentan encubrir la inseguridad, la impunidad, el desprecio por la vida humana y la corrupción institucional que nos asedian. La masacre de Allende sigue impune. Homero Ramos dejará la PGJE con medalla de oro  por incompetencia.

Las autoridades agreden a las mayorías por distintos ángulos, vea, el aumento aprobado a los salarios mínimos que fue de 4,2%, para Coahuila éste alcanzará los 66.45 pesos, cantidad irrisoria si se tiene en cuenta que  el salario mínimo general perdió 7.7 pesos en términos reales durante los 11 meses transcurridos de 2014; la pérdida de poder adquisitivo de quienes perciben hasta un salario mínimo es la mayor registrada en los últimos cuatro años, ya que a partir de 2011 comenzó la tendencia negativa del salario en términos reales. ¿Quién puede vivir con 2 o 3 salarios mínimos, cuando los precios de la canasta básica aumentaron un 6 por ciento? Estas son las leyes del absurdo.

En este bosquejo se puede discernir lo que viene si Peña Nieto no reacciona, si no abandona la retórica de su “decálogo” y opta por los cambios verdaderos que el sistema requiere: primero justicia, con ella vendrá la paz.

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